De ahí que los pastores de la CEAS nos impulsen a todos los seglares, al señalar:

Uno de los grandes retos del laicado, en este año, es tomar conciencia de las obras de misericordia en su apostolado y potenciarlas con decisión. (…) Camino común y privilegiado para despertar conciencias, huir de la indiferencia ante las necesidades de nuestros hermanos y adentrarnos en el corazón del Evangelio, donde siempre descubrimos a los débiles y a los pequeños como los principales destinatarios de la misericordia de Dios (Cf MV 15)”.