Petr Koutný, miembro del Movimiento Cristiano y Trabajo  (KAP) de la República Checa, afiliada al Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa (MTCE), aprovechó su estancia en Madrid para estrechar lazos de amistad con la Comisión Permanente de la HOAC.

Este profesor de Castellano en Secundaria y Bachillerato saludó a los miembros del equipo coordinador de la HOAC y mantuvo diversas entrevista para conocer mejor la dinámica propia de este movimiento especializado de Acción Católica. Como es lógico, también compartió la situación actual de la organización a la que pertenece.

En un país con una tasa de paro más bien baja, en torno al 6,5%, la situación de los trabajadores checos es bien distinta a la que se vive en el Sur de Europa. No obstante, según Kountný, “nos preocupa la situación de los jóvenes que son quienes en mayor medida padecen el desempleo”. Además, se está produciendo un fenómeno paradójico que en el futuro podría acarrear no pocos riesgos. “Mientras que los jóvenes bien preparados de nuestro país se van a otros países con condiciones de vida más alta, como Alemania, los trabajos menos cualificados y peor pagados están siendo ocupados en su mayoría por inmigrantes procedentes de Europa del Este”, añade.

En un país que llegó a estar dentro de la órbita de la comunista Unión Soviética, “todavía hay quien añora con nostalgia el antiguo régimen, los subsidios y la seguridad que proporcionaban a costa de prohibir las libertades”, explica Koutný.

La Iglesia checa, que como tantas otras de la Europa del Este, sobrevivió “bajo tierra” al régimen comunista y se erigió en defensora de los derechos humanos y apoyo a la población, representa hoy día una minoría, que apenas cuenta con las simpatías de una tercera parte de sus ciudadanos. Koutný señala que el número de católicos practicantes es todavía mucho menor.

Su organización intenta difundir los principios y valores de la Doctrina Social de la Iglesia, al tiempo que promueve el impulso a proyectos de economía solidaria. “Como en todas partes, el individualismo domina la vida social, a muy pocos les importa la suerte de los demás. Como decimos en mi país, cada cual juega en su arena”, realta Koutný.

“Con el aumento del bienestar y la indiferencia hacia los demás, no hay mucho interés en los asuntos espirituales. Hay también muchos prejuicos sobre la Iglesia Católica y sus supuestas riquezas”, confiesa este miembro de KAP, quien añade que “a veces me pregunto si era más fácil la vivencia de la fe en el antiguo régimen que en el actual, aunque tengo claro que los cristianos podemos hacer mucho más por transmitir el evangelio a nuestros compatriotas”.

Para su organización, la pertenencia y coordinación con el MTCE, supone, según sus propias palabras: “una fuente de inspiración y una apertura a nuevos horizones”. Aunque, como es normal,  KAP mantiene vínculos más próximos con organizaciones de países más próximos como Alemania, Austria o Polonia, quiere seguir abierta al resto de movimientos hermanos.