La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la Diócesis de Canarias,  acordó, en su Asamblea Diocesana celebrada los días 8 y 9 de noviembre, hacer una llamada a dignificar la acción sindical y política tan cuestionada estos últimos días por el uso particular y, a veces, partidista de las instituciones o algunos/as de sus representantes en la búsqueda del beneficio propio y no de la ciudadanía ni del bien común. Aunque no es mayoritaria la práctica de la corrupción por los cargos públicos y las organizaciones, una gran parte de la población percibe que la política se ha convertido en un gran problema.

En Canarias al igual que sucede a nivel nacional en Madrid, Valencia, Baleares, Cataluña y Andalucía, se están o se han producido casos de corrupción, como el de Mogán, Telde, Lanzarote y Santa Cruz de Tenerife, entre otros, donde algunas personas han usado los cargos políticos y sindicales en beneficio particular.

Nuestro movimiento obrero cristiano lamenta tales situaciones de corrupción así como las consecuencias negativas que está provocando en gran parte de la ciudadanía, como son, entre otras: el cuestionamiento del papel y sentido de las organizaciones sindicales y políticas, así como el  alejamiento, la indiferencia y la resignación. Sin embargo, valoramos positivamente que, fruto de la indignación, se esté produciendo en parte de la ciudadanía un cambio, y estemos viviendo el surgimiento de plataformas sociales y movimientos políticos nuevos, así como la renovación de algunos de los partidos tradicionales.

La HOAC entiende que detrás de estas situaciones de corrupción está el sistema capitalista que prima el interés individual y particular por encima de las personas, el consumismo por encima de la solidaridad; y que muchas veces, partidos y políticos participan en las instituciones pensando más en usar el poder para beneficio particular que como servicio al bien común, a la justicia, a la equidad y a la solidaridad.

Como seguidores de Jesucristo, que nos alertó contra los jefes que se comportan como dictadores y abusan de su autoridad, y que vino a servir y no a ser servido (Marcos 10, 42-45), esperamos que las organizaciones y las personas contribuyamos a dignificar la acción política, ya sea participando en las instituciones, ya sea colaborando y votando en las próximas elecciones por aquellas organizaciones políticas cuyos programas contengan propuestas de prácticas políticas que dignifiquen a la persona y estén orientadas hacia la justicia, la solidaridad y la búsqueda del bien común. El Papa Francisco manifestó, el pasado 28 de octubre, en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares que solidaridad “es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por algunos pocos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, y la negación de los derechos sociales y laborales”.