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Día de todos los Santos: Huellas militantes

01 noviembre 2014 | Por

Día de todos los Santos: Huellas militantes

En la festividad de Todos los Santos nos sentimos obligados a recordar a todos aquellos militantes que gastaron su vida por la construcción del Reino de Dios y de todas aquellas personas que entregaron lo mejor de sí para alumbrar un mundo más justo, solidario y fraterno. En virtud de la comunión con todos los santos, confiamos en que sigan siendo para nosotros vehículos de la misericordiosa gracia de Dios y que las huellas de su paso por este mundo nos guíen hacia la Gloria del Padre.

Estas son alguna de personas integrantes y simpatizantes de la HOAC que nos han dejado en 2014:

Soledad González, Sisa, pertenecía al equipo Malvarrosa-Orba de Valencia. Provenía de una conocida familia de médicos valencianos. Ella también lo era pero decidió hacer una opción radical por los pobres al ir a vivir en comunidad a uno de los barrios entonces más degradados. Su comunidad del barrio del Cristo fue siempre un referente. Los otros miembros de la comunidad que pertenecían a la HOAC eran Fina Alberola y Antonio Andrés (ya fallecidos). Sus vidas son inseparables.  Antonio creía que Sisa, con una vocación muy austera, era una santa. Cuando veía una persona sin techo, inmigrante o no, se lo llevaba a casa. Sisa también tenía defectos. Sin ellos no se es un santo cristiano. Sin ellos no se puede manifestar la gracia cristiana. Todos están ya en presencia de Dios, ¿cómo dudarlo?

Elías Fernádez, natural de Sobrepeña de Ebro (Cantabria) ejerció su ministerio presbiteral en la diócesis de Burgos como ecónomo de Espinosa de Bricia, también en Mata en contacto con la población trabajadora de Cementos Alfa, párroco en Matamorosa, Fombellida, Hoyos de Valdeprado, Cervatos y constructor y párroco de «San José Obrero» en Santander en 1969. Fue consiliario diocesano y local de la HOAC. En la Transición su iglesia recibió amenazas, fue detenido por hacer huelga. Fue una persona cercana, afable, entregada… Le seguiremos recordando por el amplio legado histórico que nos ha dejado.

Acacio Pastrana Carlón nació en Matanza de los Oteros, en una familia humilde y campesina. Muy joven, ingresó en el seminario de León. Ordenado sacerdote el año 1970 entregó. Convivió con ferroviarios y mineros, como uno más, en el barrio más antiguo de Cisterna. Trabajó, sin menoscabo de las tareas parroquiales, en la fundación Raoul Follereau, con enfermos recuperados en la lavandería Iduylava en Madrid. Su vida fue servicio y silencio. Se fue de entre nosotros, cuando le llevaban en la camilla para una segunda operación. Se había puesto en las manos del Padre, dijo. Le cogió por la Palabra.

Ovidio, minero, militante de la HOAC, y también de Vida Ascendente en sus últimos años, perdió la batalla contra la silicosis, después de 50 años manteniéndola a raya. Gaudi, también de la HOAC, donde se conocieron, estuvo siempre a su lado como mujer y como militante, «en las alegrías y las penas…». Era un hombre grande, corpulento, y un gran cristiano, colaborador fiel en la parroquia y militante. De adolescente se inició en el oficio de minero en El Bierzo; de picador, se trasladó a Asturias. Jubilado, volvió a León.

Margari. Su muerte nos sorprendió a todos este verano. Cuando se dirigía a Burgos para ser operada, ni se imaginaba que no volvería con vida a Soria.  Su cuerpo ya debilitado no pudo vencer las complicaciones que se le presentaron y falleció. En un cuerpo débil encerraba un alma grande y generosa, siempre dispuesta a hacer el bien a quien lo necesitara. Acostumbrada al dolor de su enfermedad y a las pruebas de la vida que no le faltaron con la muerte de su esposo  y la enfermedad y muerte de su hijo Roberto, supo superarlas con ojos de fe y con la confianza puesta en Dios. Sacaba esa fuerza de una profunda vida interior que siempre cultivó con la oración y los sacramentos, que siempre frecuentaba. Con toda sencillez , de Margari podemos decir que pasó por este mundo haciendo el bien con su vida sencilla de trabajo y como esposa y como madre. El mejor homenaje y recuerdo de Margari es tratar de imitar alguna de las cosas buenas que Dios puso en su vida.

Jaime Estévez, antiguo militante de la HOAC de Tenerife, muy comprometido, también falleció en 2014.

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