La HOAC de Valencia celebró su fiesta el 10 de mayo comenzando con una Eucaristía en la que se puso de relieve el individualismo que domina nuestra sociedad. Le siguió una mesa redonda y, tras la comida, la participación en la manifestación convocada por la Plataforma per l’ensenyament públic.

Juan Biosca, director del Instituto Social Obrero (ISO) fue el encargado de enmarcar el tema central del Día de la HOAC ‘Trabajo digno para una sociedad decente’. Inició su exposición con un análisis de la realidad laboral en el mundo, de la que destacaban algunos datos escalofriantes como que el 60% de las personas que trabajan no tienen contrato o que 400 millones de criaturas son víctimas de trabajo esclavo. La clave está en “cómo cambiamos un modelo de desarrollo basado en la codicia por uno que lo haga sobre las bases del bien común para satisfacer las necesidades de las personas empobrecidas”. Según Biosca, aunque no todo el mundo tiene el mismo grado de responsabilidad en ese cambio, sí está en nuestras manos la posibilidad de reducir y recortar nuestro “bienestar” para asegurar una vida digna para todo el mundo.

Profundizó en la espiritualidad del trabajo desde la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), entendido como la manera que tenemos de cooperar en la obra creadora y de hacer de este mundo un poco mejor a como lo encontramos. Como cristianos, aseguró, no podemos desentendernos de aquello que urge cambiar. “Y urge fortalecer las instituciones multinacionales sobre los cimientos de la paz y de la justicia. Luchar contra el hambre, la pobreza y la exclusión social, mediante una redistribución de la riqueza. Acabar con el trabajo precario, forzado y el esclavo”, enfatizó Biosca. Para lograrlo debemos sumar esfuerzos de personas y organizaciones, fomentar un funcionamiento en red, una cultura del encuentro.

“Piensa en global y actúa en local”, fue una frase acuñada en su momento por los movimientos antiglobalización y asumida por muchos otros colectivos. Así fue como en la mesa redonda se dio paso del análisis macro a la exposición de algunos casos concretos de inserción laboral mediante proyectos de Cáritas. Es el caso de los huertos sociales para personas desempleadas en Alcoi o el taller ocupacional de reciclaje selectivo de la parroquia de San Lázaro de Valencia. Este último orientado a “personas rotas, que viven una profunda soledad, que no hablan nuestro idioma”, tal y como las describía Javier, uno de los responsables del proyecto. “Acoger a la gente y que tengan posibilidades de reintegración social es nuestra máxima satisfacción”.

Por la tarde, acabó la fiesta con la participación en un acto reivindicativo contra el cierre de unidades escolares, contra la regresión que supone la LOMCE y contra los recortes en educación.