La Hermandad Obrera de Acción Católica de Burgos organiza una concentración que el jueves, 17 de Octubre a las 20:30 horas en la Plaza del Cid, junto a la entrada del Teatro Principal, en la que tendrán presente  el fallecimiento de un trabajador municipal atropellado por un turismo, cuando se disponía a bajar a una arqueta de registro del alcantarillado de la localidad, en Tubilla del Lago (Burgos) y darán a conocer un estudio sobre la accidentalidad laboral que registra la provincia.

La Hermandad Obrera de Acción Católica de Burgos ha constatado que el 75% de los muertos como consecuencia de un accidente de trabajo en la provincia de Burgos se produce en el medio rural y de todos los contabilizados en la provincia, en la capital sólo ha habido dos muertos en el desempeño de su trabajo.

El perfil del obrero fallecido es el de un trabajador de nacionalidad española por cuenta ajena de 44 años de edad perteneciente a una empresa subcontratada para realizar trabajos en medianas y grandes explotaciones; en otros tres casos, se trata de agricultores que realizaban tareas en los campos o en bodegas; y también en tres de ellos se trata de trabajadores extranjeros, un rumano, un boliviano y un ecuatoriano. Sólo una mujer, una topógrafa de 36 años fallecida en las obras de la presa de Castrovido, figura en la nómina de muertos.

La organización obrera de la Iglesia constata también que de los últimos 21 fallecidos en los dos últimos años y medio (con estadísticas en las que se incluye el último accidente laboral mortal del lunes 7 de octubre) sólo se han producido en las ciudades de Burgos (2), Aranda (2) y Miranda (1), cinco de ellos. El resto se producen en localidades de menos de 20.000 habitantes y se reparten entre los sectores Primario (Agricultura), Construcción e Industria.

De ellos, el más importante es el que produjo en octubre de 2011 en la construcción de la presa de Castrovido, con cuatro personas fallecidas al desplomarse el blondín que cargaba varios cientos de kilos de hormigón y caer sobre una estructura que arrastró a la muerte a cuatro trabajadores. El resto de los accidentes con resultado de muerte que se produjeron en los 36 últimos meses se reparten entre Tubilla del Lago, Cubillo del Campo, Espinosa de los Monteros, Anguix, Arauzo de Miel, Los Ausines, Belorado, Pancorbo y Peña Angulo.

21 fallecidos en dos años

Desde junio de 2011 hasta octubre de 2013 se han producido 21 muertes de trabajadores; de ellas diez fueron en 2011; siete, en 2012 y cuatro en lo que llevamos de año 2013. Precisamente el último fallecido en accidente de trabajo se ha producido esta misma semana, el 7 de octubre, un trabajador municipal de 64 años; y el resto de los fallecidos en este año se produjeron en apenas 24 días, entre el 29 de junio, un operario de 49 años en Aranda, otro trabajador de mantenimiento de 49 años en el Polígono de Gamonal, en la capital de la provincia; y dos agricultores, uno en Espinosa de los Monteros, de 67 años (éste fuera de la estadística al ser jubilado) y otro en Cubillo del Campo, de 48, el 23 de julio.

A todos ellos se unen otros dos trabajadores burgaleses fallecidos en otras localidades. Se trata de dos obreros que realizaban tareas de trabajo en la construcción de Ikea en Arroyo de la Encomienda y otro más en una obra en la ribera del Nervión en Deusto.

En verano y otoño

La mayor siniestralidad con resultado de muerte en la provincia de Burgos se produce en los meses de verano y al inicio del otoño. Los meses de junio y octubre con cuatro fallecidos desde 2011 son los más trágicos, si bien los cuatro fallecidos en octubre lo fueron en el mismo lugar de trabajo en la presa de Castrovido.

Dos años de concentraciones

La HOAC de Burgos lleva dos años realizando concentraciones cada  vez que se produce un fallecimiento de trabajadores en el desempeño de sus funciones. Se realiza el jueves siguiente a la muerte de un trabajador.

Y lo hacen bajo el lema: “El trabajo es para la vida, ¡ni un muerto más!… No a la siniestralidad laboral”, organizado concentraciones en la Plaza del Cid, junto al Teatro Principal. Es un acto simbólico para “recordar la importancia de seguir luchando contra esta realidad que a día de hoy sigue afectando a muchos trabajadores”. Se pide a todos “los agentes involucrados en esta realidad: instituciones, empresas y a los propios trabajadores que no cejen en su empeño por luchar contra las situaciones que generan tanto dolor y sufrimiento a los trabajadores y a sus familias”, apuntan desde este movimiento eclesial. Subrayan que se necesita un “esfuerzo colectivo” para que este goteo constante de víctimas en el ámbito laboral acabe. En cada concentración  invitan a unirse al resto de organizaciones sociales y eclesiales que “se esfuerzan por recuperar para el mundo obrero su dignidad y su conciencia”, subrayan.