La multinacional de productos agroquímicos Syngenta, con sede en Suiza, lleva tres años persiguiendo a los sindicalistas y despreciando los derechos de los trabajadores en Pakistán. Esta empresa es líder en el mercado de plagicidas y en 2012 tuvo unos beneficios de 1.800 millones de dólares. Su código de conducta dice que la empresa «se compromete a cumplir todas las leyes laborales, códigos y convenios nacionales e internacionales». Pura retórica, como ocurre con muchas empresas multinacionales. En Pakistán incumple sistemáticamente este compromiso. Persigue al sindicato de empleados, despide a sindicalistas, incumple la ley que obliga a convertir en contratos permanentes los de trabajadores que están trabajando años y años con contratos temporales… El sindicado ha ganado varios casos contra la empresa en los tribunales, pero ésta incumple las sentencias y gasta mucho dinero en procesos judiciales con tal de no reconocer la labor sindical.