Miriam Pérez Mendoza lleva más de veinte días de huelga de hambre para reclamar su reincorporación a UGT, después  haber sido despedida mediante un Expediente de Regulación de Empleo que puso fin a su relación laboral de 15 años como administrativa en el gabinete jurídico del sindicato en Tenerife.  La trabajadora ha sido siempre una mujer muy activa en las diversas luchas sociales de la isla y se adentra en una fase que, según sus allegados, los médicos califican de “crítica”.

La protesta va más allá de la huelga de hambre. Las acciones se han intensificado en los últimos días con encierros y pitadas periódicas. Su demostración de fuerza “pacífica” se ha visto coronada con la toma del emblemático e histórico inmueble, que esta Semana Santa ha permanecido abierto “en contra de los deseos” de la cúpula ugetista. Miriam fue despedida en 2011 mediante un ERE, contra el que ha interpuesto una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Un grupo de activistas permaneció a su lado durante la pasada Semana Santa en la Casa Sindical para apoyar a Míriam Pérez y presionar a UGT para que accediera a mantener una reunión con su ex trabajadora. Pérez Mendoza califica de acto de irresponsabilidad que sigan sin darle la cara a pesar de llevar tantos días en huelga de hambre frente a su sede, limitándose a entregarle un documento en el que le comunican que no piensan moverse de su posicionamiento, tras lo que les recuerda que no deben tratar a la gente como si fueran basura y no deben olvidar que se trata de un sindicato de clase que actúa como una organización empresarial y que se llena la boca con el diálogo como mejor herramienta para solucionar conflictos, sin embargo en este caso se cierran y lo impiden.

Visiblemente cansada tras tantos días sin ingerir alimentos, insiste en que UGT Canarias no tiene la actitud correcta en un sindicato porque no se quieren sentar a dialogar con ella y su abogado, tras lo que deja claro que a pesar de que los médicos que la han visto esta misma mañana le han dicho que su situación comienza a ser crítica, sigue teniendo la intención de mantener su lucha hasta las últimas consecuencias.

Asegura que la intolerable postura del sindicato es la fuerza que le motiva para seguir adelante con esta lucha por su puesto de trabajo. Al respecto insiste en que no pide una nueva contratación, ni nada que UGT no pueda hacer, sino que simplemente está luchando por la readmisión en su puesto de trabajo.