Quienes nos agrupamos en el Movimiento Obrero de Acción Católica (MOAC Chile), saludamos con entusiasmo y esperanza el día internacional de la mujer.

En primer término saludamos a nuestras esposas, compañeras de toda una vida, con ellas hemos construido sueños y compartido la alegría de nuestros hijos; pero también y de manera muy especial saludamos a la mujer trabajadora, aquella que sufre las consecuencias e injusticias, de una sociedad machista y discriminadora, que rara vez reconoce sus capacidades intelectuales. En ese sentido hacemos un llamado a la sociedad toda, a construir una sociedad inclusiva, que no relegue a nuestras compañeras a un segundo plano de existencia, expuestas a malos tratos o a la barbaridad de la violencia física.

Chile es de todos y para todos sin discriminación de géneros, racial o de clases.

De igual forma hacemos extenso este saludo a las mujeres del norte de Chile que junto con calmar la sed de sus hijos y familia con hartas cantidades de arsénico en el agua, deben bregar junto a sus compañeros, para proteger el medioambiente de las termoeléctricas, o de los malos olores provocados por empresas que no les interesa la salud de la población.

Deseamos de todo corazón, que este sentido saludo llegue al sur de la patria, para expresarle a la mujer Mapuche nuestra solidaridad y compromiso, nos parece deplorable el comportamiento y el actuar racista del estado chileno que amparado en la ilegítima Ley Antiterrorista de Pinochet, somete a una vejación humillante a todo el pueblo Mapuche.

Las actitudes racistas, discriminadoras y excluyentes del estado chileno, son contrarias al plan de armonía y solidaridad, predicado por Jesucristo nuestro Señor.

Para concluir esperamos de todo corazón y por el bien de nuestra Iglesia, cambios profundos en el próximo cónclave, que permitan nuevos y purificadores aires a nuestro interior, que nos permitan retomar la acción liberadora de la opción por los pobres, que quede claro ante la humanidad, que esta, la Iglesia de Jesucristo, abandona definitivamente su complicidad con los poderosos, para hacerse cargo del legado de Jesucristo, dispuestos a dar la vida por los pobres y postergados del mundo, en la construcción de su Reino.

“Pilato le preguntó: “Entonces, ¿tú eres Rey?”. Jesús contestó: “Tú lo has dicho: Yo soy Rey. Para eso nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la Verdad. Todo hombre que está de parte de la Verdad, escucha mi voz” (Juan 18-37).

Con cariño y reconocimiento ¡VIVA EL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER!

Directiva Nacional MOAC CHILE

Marzo del 2013