HOAC DIOCESANA DE CÁDIZ Y CEUTA. Muertes como la de Malika a manos de su pareja en Parla (Madrid), siegan  una vida de promesas, desarticulan familias y destruyen proyectos personales difíciles de sustituir.

Con ella son 42 las mujeres asesinadas por la violencia machista de sus parejas.

Esta violencia tiene múltiples rostros, se reproduce  y perpetúa  en la familia, más concretamente en los hijos, en las relaciones afectivo-sexuales, en el trabajo, en los medios y en viejas costumbres muy arraigadas.

No se combatirá sólo con medidas de carácter penal, sino que es necesaria una educación alternativa, preventiva e igualitaria desde la más tierna infancia y en todos los ámbitos de la sociedad, que esté basada en valores como el amor, respeto mutuo, equilibrio de poder y corresponsabilidad en el reparto de tareas, obligaciones, recursos económicos,  para que los hombres no sigan ejerciendo su papel preponderante y las mujeres no estén permanentemente amenazadas de sufrir violencia. Cuando una mujer muere asesinada, todas las mujeres mueren un poco.

Como corren malos tiempos para las prestaciones sociales,  denunciamos que  los recortes de financiación a nivel autonómico y estatal están poniendo en peligro las ayudas -económica, psicológica, legal y laboral- que las mujeres maltratadas necesitan, así como la creación y mantenimiento de centros de acogida y las tareas de rehabilitación- en los casos que sea posible-de las conductas agresivas que tanto daño están ocasionando.

Desde el evangelio de Jesús, manifestamos la igualdad en dignidad de hombres y mujeres, reivindicamos la necesidad de redefinir la masculinidad y femineidad desde parámetros distintos a los actuales, orientados a una cultura y educación diferentes.

En este día, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) nos unimos a todas aquellas personas y colectivos que trabajan por la erradicación de la violencia de género, para hacer  posible una vida más digna de mujeres y hombres, en  una sociedad más humana y más justa.