“Abrirnos al futuro para un mundo solidario” fue el slogan de la última Asamblea General del MMTC. Para conseguirlo necesitamos mirar nuestra realidad. En este 8 de marzo, día internacional de la Mujer, queremos reportar en especial sobre la realidad de las mujeres que viven en el campo.

Mujeres que nos rodean, que viven en lugares muy pobres de la comarcas alrededor de las ciudades, donde no existe la seguridad real, ni en la calle, ni en sus propias casas. Mujeres que no celebran su día el 8 de marzo, pues no hay razón para hacerlo. Que ganan la mitad del salario que un hombre, por el simple hecho de ser mujer. Mujeres que tienen que hacer favores sexuales para ser contratadas, que son maltratadas, humilladas, explotadas, usadas, asesinadas. Mujeres que viven sin libertad en una sociedad patriarcal.

El 26 de enero 2012 fue aprobada la Ley Integral Contra la Violencia hacia la Mujer en Nicaragua que busca establecer medidas de protección integral para “prevenir, sancionar y erradicar la violencia y prestar asistencia a las mujeres víctimas de violencia, impulsando cambios en los patrones patriarcales que sostienen las relaciones de poder”. Esta aprobación viene a ser un triufo de las mujeres en Nicaragua. Ahora se tiene la esperanza, que al menos en algunos de los casos, los actores recibirán su castigo. Sin embargo, recordemos que sólo en el año pasado murieron más de 70 mujeres a causa de la brutalidad de sus parejas en ese país y hoy, a pesar de la nueva Ley siguen los golpes, y la angustia, el miedo, los golpes, el desprecio, los golpes…

Como movimiento cristiano de formación para la acción, el MMTC denuncia estos casos, en Nicaragua y en el mundo entero. Nuestros grupos organizan a mujeres que viven estas situaciones, para darles ánimo de seguir y ayudarlas a quererse a sí mismas. Les buscamos posibilidades de crecer en conocimiento de sus derechos, de crear conciencia de sus fuerzas para que así puedan cambiar la situación de miseria y de manipulación en la que se encuentran. Damos formación a las mujeres para que puedan vivir con dignidad, ahí entre sus paredes de plástico, bajo un techo de aluminio que deja pasar la lluvia, con calor, llenas de polvo y ratones. Con poco o casi nada para comer y sobretodo con falta de libertad, con miedo, con humillación. Les enseñamos a no creer en ciertos programas de televisión, ni en telenovelas, ni en las múltiples campañas para ganar dinero sin esfuerzo, con su cuerpo, con engaños, con sueños de casas, de ropas elegantes y de viajes al extranjero.

Como movimiento de trabajadoras y trabajadores luchamos para que las mujeres tengan derecho a un trabajo digno y que este sea justamente remunerado. Son las mujeres quien muchas veces tienen que asegurar solas un futuro mejor para sus hijos. Queremos que más mujeres tengan la oportunidad de trabajar en colectivos, en parcelas de sandías o de melones, en pequeños negocios de granos básicos, pequeños comedores. Queremos darles así el espacio para reflexionar juntas sobre los valores que les permitan vivir y seguir luchando con ánimo y con la esperanza de un futuro mejor. No queremos permitir que las mujeres sean aplastadas por la dureza de la vida. Muchas mujeres viven esta situación en distintos países y han tenido oportunidades de superarse.

Por medio de este mensaje queremos que las mujeres que sufren sepan que no están solas. Las manos solidarias están extendidas y no van a faltar! Frente a la realidad Jesús dice a cada una “levantate y anda”. Entonces, que nadie se quede atrás! Unamos nuestros esfuerzos para decir NO a la discriminación de género, NO al maltrato, NO a la muerte. La toma de conciencia de cada una de nuestras compañeras es una manera de superar la realidad inhumana en la que viven muchas otras y gracias a esto vamos adelante! Sabemos que vamos creciendo y que un día habrá un movimiento de mujeres encabezando las luchas para que todas puedan celebrar su día: el día de la mujer liberada!

Para el Secretariado General del MMTC

Grey, Lydia y Betina