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  • 16-06-2015


    Lectura urgente para personas apasionadas «por amor a la justicia»


    No defraudó la expectación creada ante la presentación pública del libro “Por amor a la justicia. Dorothy Day y Simone Weil” a cargo de la propia autora Teresa Forcades. El numeroso público presente en el Centro Abogados de Atocha pudo acercarse a la vida y obra de estas dos singulares mujeres, glosada con hondura y acierto por la no menos singular religiosa.

    El responsable de Difusión de la Comisión Permanente de la HOAC, Jesús Fernández Pacheco, fue el encargado de abrir el acto. Tras resumir la labor editorial de este movimiento de Acción Católica inserto en el mundo del trabajo, explicó el origen del encargo que hace más de dos años Forcades aceptó inmediata y gustosamente.

    Desde el empeño de Ediciones HOAC por la sensibilización ante los desafíos que trae consigo la cambiante organización del trabajo, la economía, la política y la vida en sociedad, este libro se erige, en palabras de Jesús Fernández como una “lectura urgente para los apasionados por la justicia ante el capitalismo inhumano de nuestros días”, que, además, se presenta como “un canto y una llamada a la entrega, la gratuidad y el compromiso” asumida con coherencia y radicalidad cristianas en la figura de la filósofa francesa y la activista estadounidense. “Por amor a la justicia” es una obra amena pero incisiva que pone su atención en las trayectorias paralelas de dos grandes mujeres que ensancharon y vigorizaron su compromiso social tras su experiencia de Cristo.

    La militante de la HOAC de Madrid, Carmen Perea, ofreció su reveladora lectura del libro, que según confesó le produjo “una llamada radical a la conversión” y le ha supuesto toda “una inspiración para avanzar hacia la coherencia cristiana”. Fue ella, quien señaló los hitos biográficos y los compromisos clave de estas dos mujeres, como marco para la reflexión que la autora del libro compartió a continuación.

    Forcades comenzó comentando la metodología del libro, centrada en encontrar “coincidencias y diferencias” entre estas dos grandes figuras del siglo XX, para articular una conversación en torno a las preocupaciones que compartieron Weil y Day y que más pueden interesar a los lectores de hoy.

    Especial dedicación puso en exponer, desde su propia experiencia benedictina, la visión del trabajo y su relación con la dignidad humana de ambas autoras, sin olvidar su conversión al cristianismo y su vivencia de la fe. “Son dos mujeres que se vieron colocadas entre dos mundos: el obrero y el cristiano, muchas veces distantes y enfrentados entre sí, aunque ellas, como sigue hoy día haciendo la HOAC, supieron integrarlos y unificarlos”.

    Su intervención, sin necesidad de apuntes escritos, estuvo también trufada de confesiones personales y anécdotas históricas, además de no pocas e incisivas denuncias de tintes proféticos sobre el tiempo en el que vivimos. Al hablar de la costumbre moderna de adjetivar la justicia como “social” se preguntó: “¿Hay alguna otra justicia que no sea social?” Ella misma respondió que el epíteto con el que solemos acompañar el término justicia muestra la devaluación de este concepto, la privatización y la reducción a la que se ha sometido la persona, como si su sociabilidad, su relación con los demás, no fuera algo constitutivo de forma incontestable de la persona”.

    En el turno de preguntas, limitada por la apretada agenda de Forcades, quien debía subir al poco al tren de vuelta a Barcelona, abarcó, como era inevitable, la faceta política de la religiosa. Ya en la mañana, durante la rueda de prensa organizada por la editora del libro a la que asistieron una veintena de representantes de los medios, las preguntas sobre su paso a la política, su salida temporal del monasterio o sus opiniones sobre las primeras decisiones de la flamante alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se colaron entre las meditaciones sobre Dorothy Day y Simone Weil. A buen seguro que en el público que se desplazó por la tarde quedó el murmullo de una conversación emocionante,  necesitada de continuidad mediante la lectura de “Por amor a la justicia”.

Foto

Jesús Fernández Pacheco, Teresa Forcades y Carmen Perea

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