Condenada a la precariedad

Me llamo Victoria, tengo 30 años. Provengo de una familia humilde, mis padres son jornaleros del campo, mi padre suele tener trabajo y mi madre es temporera. A los 16 años, decidí que quería estudiar Magisterio. A mi padre no le gustó mucho la idea, porque opinaba que ¡«colocarse» era difícil! ¡Qué razón llevaba! A […]

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