Navidad

Cada año por Navidad, su equipo de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) prepara unas tarjetas de felicitación para las trabajadoras y trabajadores que en Nochebuena están trabajando lejos de sus familias. Son personas que desarrollan trabajos esenciales, muchas de ellas mal pagadas y en condiciones laborales precarias. Es un bonito y solidario gesto. Y ella sabe de precariedad. Su juventud está atravesada por esta lacra que se ha instalado en nuestra vida social. La JOC ha sido clave para ayudarle a superarse a sí misma. Y es que el encuentro con Jesús no te deja indiferente, especialmente, a las personas que necesitan su buena noticia. Ella, junto a su familia, vive en un barrio ignorado, de esos a los que no llega el alumbrado ni los adornos de la Navidad. No importa, ella con sus compañeros y compañeras de la asociación de vecinos se empeñan en mostrar que su barrio también existe y en denunciar públicamente el olvido de las distintas instituciones. Y es que Jesús sigue naciendo en los pesebres de nuestra sociedad.

Ella, como María, sigue ayudando a nacer al Hijo de Dios entre las personas trabajadoras, humildes y sencillas. Y les sigue anunciando una buena noticia: «Hoy, en nuestro barrio, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor».

Ora et labora

El ruido de los preparativos consumistas de las fiestas navideñas no puede ensordecer el verdadero significado de la Navidad. Dios apuesta por el ser humano y, especialmente, por los «nadie». La existencia de las personas empobrecidas, descartadas y sobrantes para este sistema de producción y consumo, al servicio de una economía que mata, son la mayor negación del Dios de la misericordia. Párate un momento. Lee el texto. La vida de esta joven militante jocista está llena de Dios. Ella con sus gestos, sus opciones de vida, su encarnación y con su militancia y generosidad siguen haciendo nacer a Jesucristo entre su gente, entre sus vecinos, entre el pueblo. Esta joven experimenta que su fe le lleva a cuidar y custodiar a sus vecinos, a las jóvenes y a los jóvenes de la clase obrera. En ellos gasta su tiempo y con ellos crece como persona y como militante cristiana. Ella es Navidad. Ahora es momento de reflexionar y preguntarnos si nosotros también somos Navidad. Si nuestras vidas también ayudan a nacer al Señor entre las personas trabajadoras más humildes y sencillas. ¿Eres tú Buena Noticia en tu familia y entre tus compañeros y compañeras de trabajo, de barrio, de parroquia? Es tiempo de Navidad, que sea tiempo de solidaridad y cuidado de los demás y de nuestros barrios obreros. Un Dios recién nacido nos interpela.

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