Fernando Díaz Abajodiciembre 2021diciembre 2021

¡Cumpleaños feliz!

Se apagan las velas, se recogen las sobras de la tarta, y terminamos la celebración del cumpleaños.

Hemos concluido el año del 75 aniversario del nacimiento de la HOAC experimentando la vivencia del recuerdo y del agradecimiento a Dios por la vida de tantas y tantos militantes, por la fidelidad eclesial con que la HOAC nos hemos mantenido por convicción de fe, y porque sigue teniendo sentido, ¡ahora, más que nunca!, nuestra vida y misión.

Y la terminamos del mismo modo que la comenzamos. Mirando al mundo obrero empobrecido al que la Iglesia nos pide evangelizar. Mirando a nuestras hermanas y hermanos que siguen esperando y necesitando testigos del Evangelio que, con sus vidas, les desvelen la presencia del Resucitado en la vida obrera, para que puedan encontrarse con él y orientar, desde este encuentro con Cristo, una vida de fe, de dignidad y de comunión.

La memoria, como nos recuerda siempre el papa Francisco, sirve, sobre todo, para mirar al futuro. El pasado es como el retrovisor que nos indica el presente y nos ayuda a avanzar hacia el futuro. Y el futuro de nuestro ser y de nuestra misión sigue pasando por los márgenes y las periferias, por las personas trabajadoras y sus familias, por sus condiciones de vida, por sus precariedades y sufrimientos, por sus anhelos y esperanzas. Sigue pasando por el atrevimiento de soñar juntos un «nosotros todavía más grande», un mañana más pleno de vida y un presente de justicia y misericordia que abra caminos al Reino de Dios.

Por eso, como decía Rovirosa, ¡ahora más que nunca! es necesario que hombres y mujeres creyentes en Jesucristo Resucitado, sigamos acompañando la vida de las personas para avanzar hacia la vida y el trabajo dignos. No se puede celebrar mejor este aniversario.