Cuidando la casa común en comunidad

La HOAC de Córdoba se ha sumado a Cristianos por el clima, iniciativa que reúne a quienes, desde una misma fe, quieren expresar públicamente su compromiso por evitar que el calentamiento de la Tierra haga imposible la vida.

En Córdoba ya estaban activas diferentes experiencias como Barrios por el Clima, Madres por el Clima, Jóvenes por el Clima, incluso, YayoFlautas contaban con un área medioambiental. Un grupo de cristianos invitó a la HOAC a formar parte de una coordinadora abiertamente confesional pero enfocada a responder a la emergencia ambiental que supone el cambio climático.

Más que una nueva plataforma, una red o una organización se trata de un paraguas para facilitar la presencia pública de los cristianos en el compromiso por el clima y sumar esfuerzos por encontrar respuestas justas y sostenibles ante este desafío. Ecologistas en acción se ofreció a prestar su apoyo técnico y logístico, además de aportar su conocimiento especializado, como hace con las otras iniciativas climáticas, sin marcar, en ningún caso, el rumbo o determinar su funcionamiento.

De hecho, Cristianos por el clima no tiene una agenda exhaustiva, ni una estructura que mantener, sino que aspira a mantener una actividad relevante a largo plazo, incluida la incidencia pública y social, siempre sobre la amenaza climática tan real.

De hecho, uno de sus primeros actos ha sido la difusión de un manifiesto elaborado conjuntamente. También se han unido a la movilización para que las administraciones que han declarado oficialmente la situación de emergencia climática desplieguen a continuación aquellas medidas y políticas que pueden aliviar la emisión de gases de efecto invernadero, así como las estrategias necesarias para evitar el deterioro del medio ambiente.

Reflexión

No podemos permanecer ajenos a este «desafío urgente de proteger nuestra casa común», lo que incluye procurar «unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar», nos dice el papa Francisco en Laudato si’.

La comunidad científica internacional, prácticamente de forma unánime, afirma que es necesario frenar de forma muy decidida las emisiones de gases de efecto invernadero que están provocando el calentamiento global del planeta. La humanidad está reaccionado con mucha lentitud y ya se ha registrado un aumento de la temperatura media en el planeta de 1,1 Cº respecto a los registros preindustriales.

El cambio climático ya está aquí, pero estamos a tiempo de gestionar con justicia y sensatez esta transformación en marcha y, sobre todo, evitar los daños ambientales catastróficos que nos amenazan. Es un reto que afecta a todo el planeta y que requiere una respuesta de las organizaciones supranacionales, los estados nación y el resto de administraciones públicas competentes. La sociedad civil y la ciudanía están llamadas a cumplir también su papel tanto en la exigencia de políticas sostenibles y justas, como en la adopción de hábitos menos perniciosos para la salud de la casa común.

El propio papa Francisco ha evidenciado, con absoluta claridad en Laudato si’, la necesidad de que el cristianismo afronte la cuestión medio ambiental, en fidelidad al Evangelio y a los pobres, más expuestos y más perjudicados, como demuestran las migraciones masivas o las grandes bolsas de exclusión, generadas por las catástrofes naturales, el expolio de los recursos y la obsesión por el crecimiento material que deja en la cuneta a grandes sectores de población.

Por eso, la HOAC se ha sumado a la iniciativa Cristianos por el clima, al entender que es compatible con su misión de humanizar el mundo del trabajo que, no solo va a verse afectado profundamente por las consecuencias del cambio climático, por cierto, sino que también ha de jugar un papel clave en una transición justa y sostenible.