Reseteo al sistema: apostar por la vida

El papa Francisco no duda en identificar, en nuestras sociedades, la existencia de una ideología basada en el afán de lucro: «Descartamos toda una generación por mantener un sistema económico que ya no se aguanta, un sistema que para sobrevivir debe hacer la guerra, como han hecho siempre los grandes imperios» (La Vanguardia, 12/06/2014). 

Y hoy, precisamente, asistimos a una pandemia sanitaria, calificada por muchos gobiernos como una guerra, cuyo enemigo parece ser el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad por coronavirus (COVID-19).

Sin embargo, en la estrategia para combatir a este enemigo vuelve a negarse la primacía del ser humano. La dictadura de la economía sin rostro que reduce al ser humano a una sola de sus necesidades, el consumo (EG 55), se ha abierto paso en la llamada fase de desescalada de esta crisis, mientras los objetivos verdaderamente humanos se van diluyendo en esta nueva versión del fetichismo del dinero.

El movimiento constante de personas y mercancías, seña de identidad del capitalismo globalizado, amenaza con disminuir más allá del confinamiento. Abocados como parece a un nuevo paradigma económico, el capitalismo buscará su resituarse ante las emergencias climática y sanitaria. Puede incluso que vivamos una nueva era en la que la reindustrialización será vendida como una lucha contra la deslocalización, pero que (como siempre) pivotará sobre la banca y las grandes empresas multinacionales.

La clase trabajadora no debe permanecer impasible a estos cambios. Debemos removernos y renovarnos en la búsqueda teórica y práctica de formas alternativas de hacer economía. Tenemos el reto de participar en esta reconstrucción para que la historia pueda escribir un futuro de mayor justicia, fraternidad y paz.

De hecho, en todos los países se ha desatado una ola de solidaridad ciudadana. Una solidaridad que, en lo económico, debería hacernos reflexionar sobre cómo transitar hacia una nueva economía transformadora y para la vida, que alejen a la humanidad del consumismo, el despilfarro y la explotación de los países y personas más débiles.

El cooperativismo y la economía social llevan años reivindicando su papel y poniendo en el centro a las personas y la solidaridad, por encima de cualquier otra consideración. De hecho, la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) cumplía 25 años el pasado 30 de abril.

Para avanzar hacia esa nueva economía transformadora o economía para la vida, que ponga en el centro a las personas frente al capital:

  • Las personas podemos consumir de manera más responsable, poniendo en valor nuestras decisiones de compra bajo criterios de justicia, sociales, éticos; podemos compartir tiempo y conocimiento con organizaciones y movimientos que conciencian y sensibilizan sobre ello, colaborar económicamente o depositar nuestro dinero en iniciativas de economía social y solidaria.
  • Las empresas pueden optar por generar trabajo digno, contratar a las personas que más lo necesitan, o incorporar los criterios sociales y medioambientales en sus procesos de compras y contrataciones.
  • Las administraciones pueden crear un marco normativo que impulse el empleo digno, facilitar servicios y planes para un desarrollo local sostenible o fomentar cláusulas sociales y ambientales que favorezcan la presencia de empresas socialmente responsables en los contratos públicos.
En salida
  1. El Foro de Nueva Economía e Innovación Social y otras organizaciones han lanzado un manifiesto: Plan A: Economía para la Vida como primer paso para la elaboración conjunta de un programa de economía transformadora que evite que tras la pandemia se vuelva a la anterior normalidad. Porque no hay vida B ni planeta B.
  2. Las organizaciones sociales del Comercio Justo reivindican que, para salir de la crisis global provocada por la COVID-19, es necesario desarrollar otro modelo económico que ponga en el centro los derechos de las personas y el cuidado del medioambiente.
  3. La preocupación del papa Francisco por esta sociedad en la que prima la economía frente a las personas, impulsó el encuentro «La Economía de Francisco» que debería haberse celebrado en marzo. Una iniciativa dirigida a jóvenes economistas, empresarios y estudiantes de más de 45 países que desean impulsar una economía mundial diferente y que se ha aplazado para noviembre.
  4. También se ha pospuesto el Foro Social Mundial de Economías Transformadoras que iba a celebrarse en Barcelona en junio.
Reflexiona

¿Qué reglas éticas crees que debería respetar la economía? ¿Cuáles son los trabajos necesarios para vivir y quién los hace? ¿Los valoro suficientemente? ¿Cómo puedo vivir para cuidar el planeta? ¿A qué estoy dispuesta/o a renunciar para avanzar hacia un mundo más sostenible y más justo para todas las personas? ¿Y qué puedo dar (consumo, tiempo, dinero, bienes…)?

Recursos

Alternativas Económicas

Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria

Cristianismo y Justicia:

El sueño tiene latido. Una economía al servicio de la comunidad (nº 245 / noviembre 2018)
A propósito de «una economía global justa» (nº 235 nov16)
Humanizar la economía (nº 210 / noviembre 2011)

Opcions. Consumo Consciente

Cáritas. Propuestas para una economía más solidaria

Ediciones HOAC

La gran encrucijada
Contra la crisis, otra economía y otro modo de vivir
Cuaderno 14: La economía de las bienaventuranzas
Cuaderno 15: Tú puedes hacerlo posible
Cuaderno 17: La cultura del encuentro

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