Fernando Díaz Abajofebrero 2020enero 2020

Santo indispensable

El 27 de febrero celebramos –sí, celebramos– el 56 aniversario del fallecimiento de Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC.

Actualmente se encuentra en curso su proceso de canonización, en la esperanza de poder mostrar que su vida y su obra, en fidelidad a su bautismo, y en respuesta a la experiencia del amor de Dios en su vida, son un modelo para tantos militantes obreros cristianos que –cada cual por su camino, como dice el papa Francisco– intentan vivir toda la existencia desde esa experiencia cotidiana del amor de Dios que transforma sus vidas y hace posible transformar este mundo para que vaya naciendo el Reino de Dios.

Dice Guillermo Rovirosa que «para la construcción del reino de Cristo se precisan sacerdotes santos que construyan seglares santos, y seglares santos que construyan la sociedad santa. Así desaparecerían todos los peligros de clericalismo y de secularismo. Cada uno a lo suyo.

Este sentido de responsabilidad seglar en lo referente a las estructuras humanas es lo que parece primordial… y es lo que no aparece por ninguna parte en la mente de la generalidad de los católicos practicantes de hoy».

Necesitamos santos, en la Iglesia y en el mundo, capaces de acompañar la vida de las personas, de caminar con ello, de dar a luz otra manera de ser, de sentir y de pensar, y de ir construyendo esa sociedad justa, humana y fraterna tan necesaria.

Porque, según Guillermo, «quienes nos son indispensables son los santos; personas en cuyo corazón reina Dios como único soberano, que todo su esfuerzo se encamina en ser justos a los ojos de Dios. A estos, a estos que buscan el Reino de Dios y su justicia, y no a otros, son a los que todo se les dará por añadidura».

Buena manera de celebrar su memoria disponiéndonos a ser, nosotros y nosotras, más santos, porque el mundo necesita mujeres y hombres que busquen el reino de Dios y su justicia.