Combatir la indecente precariedad

La precariedad, la indecente precariedad laboral, hiere la sagrada dignidad de la vida humana, impide, a menudo, la satisfacción de las necesidades de cuidado y daña la Creación. De ahí que la promoción de condiciones dignas y justas de trabajo sea clave para humanizar la sociedad.

Se ha instalado con total normalidad en las empresas, se ha colado en las familias y se ha instalado en los barrios, afectando a las condiciones materiales, a las relaciones, y a la participación social. El último informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en España, una gran labor de análisis de la realidad, señala que «la precariedad laboral se ha convertido ya en una forma de vida de forma estructural en nuestra sociedad».

El avance material y técnico genera también infinidad de vidas truncadas, vulnerables y violentadas, que carecen de recursos y habilidades para hacerse dueños de su destino y son abandonadas en nuestra cultura, una mentalidad atravesada por el individualismo, la indiferencia y la falta de conciencia social, que les culpabiliza en exclusiva de su suerte. «Hoy, al fenómeno de la explotación y de la opresión se le suma una nueva dimensión de la injusticia social; los que no se pueden integrar, los excluidos son desechos “sobrantes”. Esta es la cultura del descarte» (Francisco, en el Encuentro con los Movimientos Populares).

El 7 de octubre se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, en la que numerosas organizaciones y movimientos mundiales coordinan esfuerzos, conscientes de la necesaria unidad, para conseguir que el trabajo recupere su papel social, sea una prioridad política y el principal objetivo de una nueva economía al servicio del desarrollo integral de las personas y los pueblos.

La Iglesia, desde su Doctrina Social, promueve el impulso del trabajo decente como regenerador de una vida social digna y comunitaria. Organizaciones católicas como el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), agencias internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y organizaciones de trabajadores, como la Confederación Sindical Internacional (CSI) aspiran a tejer redes de colaboración capaces de sensibilizar a la ciudadanía y movilizar los esfuerzos necesarios para promover empleos dignos, sostenibles e inclusivos.

La iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente», que agrupa a variadas entidades eclesiales, lleva ya cinco años implicada en esta necesaria reivindicación con el fin de concienciar a la población, a la sociedad civil organizada y a toda la comunidad cristiana. Estas entidades eclesiales llaman a la conversión personal, al compromiso social y a la reorientación de las instituciones, para crear una nueva cultura encaminada al bien común y la atención de las necesidades de las personas empobrecidas.

También insisten en potenciar iniciativas de vida y de trabajo alternativas, como las empresas sociales, solidarias e inclusivas, el consumo responsable, las finanzas éticas, los bancos de tiempo, el voluntariado consciente…, que demuestren la viabilidad y conveniencia de apostar por otros paradigmas económicos (la economía del bien común, de comunión o civil, por ejemplo), que integran y valoran la dignidad de la persona, los cuidados y la Creación. «Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros» (Hebreos 10, 24-25).

En salida

El 7 de octubre es la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. La HOAC, como movimiento de Acción Católica especializada en el mundo obrero y del trabajo e integrada en la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), llama a la participación en los actos programados para reivindicar ante los responsables públicos y los actores sociales medidas para construir un sistema económico, social y laboral justo, fraterno y sostenible que dé prioridad a las personas.

Reflexiona

¿Conoces personas sin empleo o empleo precario con dificultades para llevar una vida normalizada? ¿Qué actitudes y valores personales debes cultivar para «hacerte prójimo» con las personas en desempleo y precarias?

¿Qué parte de tu tiempo, tus bienes y tus capacidades puedes poner al servicio de iniciativas y proyectos en favor del trabajo decente? ¿A qué instituciones puedes llegar para que se comprometan a humanizar la economía y las relaciones laborales?

Recursos

Convocatoria Iglesia por el trabajo Decente

Agenda de actos | Guión litúrgico | Adhesión | Manifiesto | Artículos de opinión | Cartel

Mensaje del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC )
#7OCT | El MMTC reclama priorizar el trabajo decente

Publicaciones
Cuadernos HOAC 14: La cultura del encuentro
Cuadernos HOAC 15: Tú puedes hacerlo posible
No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. Abraham Canales

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