Acompañar a las víctimas de la siniestralidad laboral

El mundo del trabajo está sometido a múltiples heridas, una de ellas es la siniestralidad laboral. La Asociación de Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA) surge del empeño de acompañar y empoderar a esas víctimas, personas y familias, cuyo único «delito» fue «ir a trabajar para ganarse la vida».

María perdió a su hijo; Esperanza, perdió su profesión y casi la vida; Feli y Mari Ángeles se quedaron viudas, con hijos de corta edad, al fallecer sus respectivos maridos en sendos accidentes; Pedro quedó con su mano derecha inutilizada de por vida al atrapársela con una cinta transportadora; Miguel quedó huérfano de niño al fallecer su padre en otro dramático accidente.

Hoy día forman parte de la directiva de AVAELA. Su principal objetivo: poder acompañar a otras personas que, como ellas, han sufrido el desgarro de una pérdida, el trauma de una minusvalía o la pérdida de la salud motivadas por un fatídico accidente o unas condiciones de trabajo en la mayoría de los casos evitables.

Ellas y ellos saben bien lo que supone un trance de esas características, por propia experiencia; el estado en que quedan las personas, de las complicaciones, trabas y trámites legales y burocráticos a los que, para colmo, quedan expuestas.

Ellos y ellas, en algún momento de sus vidas, se han visto arropados por organizaciones y personas que les dieron un empujoncito. Hoy quieren devolver el abrazo recibido abrazando a otros. Hoy se han convertido en el pulmón de AVAELA. Tratan de lograr una asociación fuerte que ponga en valor que el trabajo es para ganarse la vida, nunca para perderla.

AVAELA es eso. Una asociación sin ánimo de lucro que pretende que las personas afectadas por la siniestralidad laboral, se puedan organizar, se puedan acompañar, se puedan encontrar, puedan poner en común su problemática, puedan hacer frente a la misma, un lugar donde estas personas, sus familiares y otras personas concienciadas se puedan agrupar, además, para denunciar que la salud laboral se está negando a la población trabajadora, y esto es una tremenda injusticia.

Concienciar que estas situaciones de accidentalidad o falta de cuidado de la salud laboral ni se dan por casualidad, ni son fruto del destino: tienen sus causas. Ser una instancia interlocutora entre el colectivo de las víctimas y las instituciones públicas. Ofrecer servicios, sobre todo, de asistencia jurídica y psicológica, a las personas afectadas.

Discernimiento

«No se pierde ninguno de [vuestros] trabajos realizados con amor, no se pierde ninguna de [vuestras] preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de amor a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa paciencia. Todo eso da vueltas por el mundo como una fuerza de vida. (…) Quizás el Señor toma nuestra entrega para derramar bendiciones en otro lugar del mundo donde nosotros nunca iremos. (…) Solo sabemos que nuestra entrega es necesaria. (…) Sigamos adelante, démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecundos nuestros esfuerzos como a Él le parezca», Francisco, Evangelii gaudium, 279.

Actúa y transforma

Profundiza en el sentido del trabajo y en lo que Dios quiere para la vida.

Fórmate en salud laboral desde la perspectiva de los más desprotegidos.

Fomenta la cultura de la prevención.

Denuncia los incumplimientos en prevención y protección de riesgos laborales.

La cercanía a las víctimas es fundamental para ellas y para erradicar esta injusticia, si tienes ocasión, apoya e implícate en asociaciones como AVAELA.

Pide por las personas que sufren esta situación injusta y agradece los logros conseguidos.

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