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Papa Francisco: “Buscar a Jesús en el pobre”

Iglesia

Papa Francisco: “Buscar a Jesús en el pobre”

06 abril 2020

Homilía del papa Francisco en la misa matutina de la capilla de la casa de Santa Marta. Vídeo.

Introducción

Pienso en un problema grave que existe en muchas partes del mundo. Quisiera que hoy rezáramos por el problema de la sobrepoblación carcelaria. Donde hay hacinamiento —mucha gente allí—, existe el peligro, durante esta pandemia, que acabe en una grave calamidad. Oremos por los responsables, por quienes deben tomar las decisiones, para que tomen un camino justo y creativo y puedan resolver el problema.

Homilía

Este pasaje termina con una observación: “Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús” (Jn 12, 10-11). El otro día vimos los pasos de la tentación: la seducción inicial, la ilusión, luego crece —segundo paso— y el tercero, crece, se contagia y se justifica. Pero hay otro paso: sigue adelante, no se detiene. Para ellos no era suficiente condenar a muerte a Jesús, sino que ahora también a Lázaro, porque era un testigo de vida.

Pero hoy me gustaría detenerme en una palabra de Jesús. Seis días antes de Pascua —estamos a las puertas de la Pasión— María hace este gesto de contemplación: Marta servía —como en el otro pasaje— y María abre la puerta a la contemplación. Y Judas piensa en el dinero y piensa en los pobres, pero “no porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón y, como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella” (Jn 12, 6). Esta historia del administrador infiel es siempre actual, siempre los hay, incluso a alto nivel: pensemos en algunas organizaciones caritativas o humanitarias que tienen tantos empleados, tantos, que tienen una estructura muy rica en personas y al final el cuarenta por ciento llega a los pobres, porque el sesenta por ciento es para pagar el sueldo a tanta gente. Es una forma de quitarles el dinero a los pobres. Pero la respuesta es Jesús. Y aquí quiero detenerme: “Porque pobres siempre tendréis con vosotros” (Jn 12, 8). Es una verdad: “pobres siempre tendréis con vosotros”. Los pobres existen. Hay muchos: están los pobres que vemos, pero esta es la parte más pequeña; la gran cantidad de pobres son los que no vemos: los pobres escondidos. Y no los vemos porque entramos en esta cultura de indiferencia que es negacionista y negamos: “No, no hay muchos, no se ven; bueno, está ese caso, pero…”, siempre disminuyendo la realidad de los pobres. Pero hay muchos, muchos.

Aunque no entremos en esta cultura de la indiferencia, existe la costumbre de ver a los pobres como adornos de una ciudad: sí, están ahí, como estatuas; sí, están ahí, se pueden ver; sí, esa viejecita mendigando, ese otro… Pero como si fuera algo normal. Es parte de la decoración de la ciudad tener gente pobre. Pero la gran mayoría son pobres víctimas de las políticas económicas, de las políticas financieras. Algunas estadísticas recientes lo resumen de esta manera: hay mucho dinero en manos de unos pocos y mucha pobreza en muchos. Y esta es la pobreza de tantas personas que son víctimas de la injusticia estructural de la economía mundial. Y hay muchos pobres que se avergüenzan porque no llegan a fin de mes; muchos pobres de la clase media, que van a la Cáritas a escondidas y a escondidas piden y sienten vergüenza. Los pobres son muchos más que los ricos; muchos más… Y lo que dice Jesús es cierto: “Porque pobres siempre tendréis con vosotros”. ¿Pero yo los veo? ¿Soy consciente de esta realidad? Sobre todo de la realidad escondida, los que se avergüenzan de decir que no llegan a fin de mes.

Recuerdo que en Buenos Aires me dijeron que el edificio de una fábrica abandonada, vacía durante años, estaba habitado por unas quince familias que habían llegado en esos últimos meses. Fui allí. Eran familias con niños y cada uno había ocupado una parte de la fábrica abandonada para vivir. Reparé que cada familia tenía muebles buenos, muebles de clase media, y televisión. Acabaron allí porque no podían pagar el alquiler. Los nuevos pobres que tienen que dejar la casa porque no pueden pagar el alquiler, van allí. Es la injusticia de la organización económica o financiera la que los lleva allí. Y hay muchos, muchos, y nos encontraremos con ellos en el juicio. La primera pregunta que nos hará Jesús es: “¿Cómo te ha ido con los pobres? ¿Les has dado de comer? Cuando estaba en prisión, ¿lo has visitado? En el hospital, ¿lo fuiste a ver? ¿Ayudaste a la viuda, al huérfano? Porque yo estaba allí”. Y por eso seremos juzgados. No seremos juzgados por el lujo o los viajes que hayamos hecho o la importancia social que hayamos tenido. Seremos juzgados por nuestra relación con los pobres. Pero si yo, hoy, ignoro a los pobres, los dejo de lado, creo que no existen, el Señor me ignorará el día del juicio. Cuando Jesús dice: “Porque pobres siempre tendréis con vosotros”, quiere decir: “Yo siempre estaré con vosotros en los pobres. Estaré presente ahí”. Y esto no es ser comunista, es el centro del Evangelio: seremos juzgados por esto.

Vídeo

Papa Francisco: Primero la gente

Iglesia

Papa Francisco: Primero la gente

30 marzo 2020

En una carta manuscrita dirigida el sábado, 28 de marzo, al presidente del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales, el papa Francisco señala tres cuestiones esenciales en un contexto de progresivo crecimiento de la pandemia de la COVID-19.

Primero la gente

«Estoy edificado por la reacción de tantas personas, médicos, enfermeras, enfermeros, voluntarios, religiosos, sacerdotes, arriesgan su vida para sanar y defender a la gente sana del contagio. Algunos gobiernos han tomado medidas ejemplares con prioridades bien señaladas para defender a la población. Es verdad que estas medidas “molestan” a quienes se ven obligados a cumplirlas, pero siempre es para el bien común y, a la larga, la mayoría de la gente las acepta y se mueve con una actitud positiva. Los gobiernos que enfrentan así la crisis muestran la prioridad de sus decisiones: primero la gente. Y esto es importante porque todos sabemos que defender la gente supone un descalabro económico. Sería triste que se optara por lo contrario, lo cual  llevaría a la muerte a muchísima gente, algo así como un genocidio virósico.»

Prepararnos para la recuperación: combatir el hambre y el desempleo

«El viernes tuvimos una reunión con el Dicasterio del Desarrollo Humano Integral, para reflexionar sobre el ahora y sobre el después. Prepararnos para el después es
importante. Ya se notan algunas consecuencias que deben ser enfrentadas: hambre, sobre todo para las personas sin trabajo fijo (changas, etc), violencia, la aparición de los usureros, (que son la verdadera peste del futuro social, delincuentes deshumanizados), etc.»

Pensar el futuro económico

«Sobre el futuro económico es interesante la visión de la economista Mariana Mazzucato, docente en el University College London (Il valore di tutto. Chi lo produce e chi lo sottrae nell’ economía globale. La Haya, 2018 [El valor de todo. Quién lo produce y quién se lo lleva en la economía global]). Creo que ayuda a pensar el futuro.»

En este libro, la autora plantea que para reforma el actual sistema económico “debemos hacernos una serie de preguntas radicales: ¿de dónde viene la riqueza? ¿quién crea valor? ¿quién lo extrae? ¿quién lo roba? Solo respondiendo estas cuestiones podemos reemplazar el actual sistema capitalista parasitario con un sistema más sostenible e interdependiente: un sistema que funcione para todos”.

Para Francisco, abordar el cambio de sistema económico es una prioridad tal y como expresa en la encíclica Laudato si’ (194) “Para que surjan nuevos modelos de progreso, necesitamos ‘cambiar el modelo de desarrollo global’, lo cual implica reflexionar responsablemente ‘sobre el sentido de la economía y su finalidad, para corregir sus disfunciones y distorsiones’. No basta conciliar, en un término medio, el cuidado de la naturaleza con la renta financiera, o la preservación del ambiente con el progreso”. Un proceso ya abierto con la convocatoria del evento internacional “Economía de Francisco“, que tenía previsto realizarse este mes de marzo y que ha sido aplazado a noviembre por la crisis de coronavirus. 

COVID-19 | Vídeo de la oración y homilía completa del papa Francisco por la pandemia

Iglesia

COVID-19 | Vídeo de la oración y homilía completa del papa Francisco por la pandemia

28 marzo 2020

«Al atardecer» (Mc 4, 35). Así comienza el Evangelio que hemos escuchado. Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: “perecemos” (cf. v. 38), también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos.

Es fácil identificarnos con esta historia, lo difícil es entender la actitud de Jesús. Mientras los discípulos, lógicamente, estaban alarmados y desesperados, Él permanecía en popa, propio en la parte de la barca que primero se hunde. Y, ¿qué hace? A pesar del ajetreo y el bullicio, dormía tranquilo, confiado en el Padre —es la única vez en el Evangelio que Jesús aparece durmiendo—. Después de que lo despertaran y que calmara el viento y las aguas, se dirigió a los discípulos con un tono de reproche: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» (v. 40).

Tratemos de entenderlo. ¿En qué consiste la falta de fe de los discípulos que se contrapone a la confianza de Jesús? Ellos no habían dejado de creer en Él; de hecho, lo invocaron. Pero veamos cómo lo invocan: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?» (v. 38). No te importa: pensaron que Jesús se desinteresaba de ellos, que no les prestaba atención. Entre nosotros, en nuestras familias, lo que más duele es cuando escuchamos decir: “¿Es que no te importo?”. Es una frase que lastima y desata tormentas en el corazón. También habrá sacudido a Jesús, porque a Él le importamos más que a nadie. De hecho, una vez invocado, salva a sus discípulos desconfiados.

La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad. La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad.

Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos.

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Señor, esta tarde tu Palabra nos interpela se dirige a todos. En nuestro mundo, que Tú amas más que nosotros, hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de todo. Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa. No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor”.

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe. Que no es tanto creer que Tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti. En esta Cuaresma resuena tu llamada urgente: “Convertíos”, «volved a mí de todo corazón» (Jl 2, 12). Nos llamas a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás. Y podemos mirar a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida. Es la fuerza operante del Espíritu derramada y plasmada en valientes y generosas entregas. Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos, descubrimos y experimentamos la oración sacerdotal de Jesús: «Que todos sean uno» (Jn 17, 21). Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras.

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. No somos autosuficientes; solos, solos, nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere.

El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar. El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado. El Señor nos interpela desde su Cruz a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que nos habita. No apaguemos la llama humeante (cf. Is 42, 3), que nunca enferma, y dejemos que reavive la esperanza.

Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad. En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Queridos hermanos y hermanas: Desde este lugar, que narra la fe pétrea de Pedro, esta tarde me gustaría confiarlos a todos al Señor, a través de la intercesión de la Virgen, salud de su pueblo, estrella del mar tempestuoso. Desde esta columnata que abraza a Roma y al mundo, descienda sobre vosotros, como un abrazo consolador, la bendición de Dios. Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta. Repites de nuevo: «No tengáis miedo» (Mt 28, 5). Y nosotros, junto con Pedro, “descargamos en ti todo nuestro agobio, porque Tú nos cuidas” (cf. 1 P 5, 7).

Elche | Se presenta un libro sobre el papa Francisco y la clave del trabajo

Mundo obrero y del trabajo

Elche | Se presenta un libro sobre el papa Francisco y la clave del trabajo

28 febrero 2020

El próximo jueves 5 de marzo a las 20 horas, en el Centro de Congreso de Elche (C/Filet de Fora, 1), se presenta el libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo, de Abraham Canales (Ediciones HOAC, 2019).

El acto de presentación pública contará con la participación del autor del libro, el ilicitano  Abraham Canales que estará acompañado por Vicente Martínez, vicario general de la diócesis de Orihuela-Alicante; Carmen Palomar, secretaria general de CCOO Vinalopó-Vega Baja; Toni Tatay, inspector de trabajo; y Begoña Baños, militante de la HOAC. La presentación está organizada por el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera, en colaboración con Cáritas de la diócesis de Orihuela-Alicante y el Excmo. Ayuntamiento de Elche.

El libro se ha presentado en diecinueve ciudades del país además de las dos presentaciones realizadas en Argentina. La publicación, la primera de estas características que se edita en España, es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, que concreta el compromiso del papa Francisco con el trabajo decente, expresado en Evangelii gaudium y en Laudato si’, dos de sus principales textos de referencia, tanto para la Iglesia como para las «personas de buena voluntad» del planeta. Una constante que ha ido desarrollando en los distintos diálogos realizados con las organizaciones de los trabajadores y con los movimientos populares; en diversas visitas pastorales; y en las principales instituciones políticas, económicas y laborales.

El autor ha participado en algunos de los encuentros convocados por el papa Francisco con los trabajadores. En concreto en el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares en diálogo con el papa Francisco y en el Encuentro internacional «De Populorum progressio a Laudato si’. El trabajo y el movimiento de los trabajadores en el centro del desarrollo humano integral, sostenible y solidario. ¿Por qué el mundo del trabajo sigue siendo la clave del desarrollo en el mundo global?» que reunió al movimiento sindical mundial con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.

No os dejéis robar la dignidad invita a sumergirse en este pensamiento para seguir profundizando en él y comprometerse en esta «prioridad humana y cristiana», más si cabe cuando el Papa, en este tiempo de profundos cambios en el mundo del trabajo, exhorta a que el trabajo, como actividad creadora que otorga dignidad a la persona, sea la clave esencial con la que situarse en este mundo, rápidamente cambiante, y ayude a lograr una «vida buena», evitando la precarización y el descarte de millones de personas, y favorezca el cuidado de la casa común.

 

Murcia | Presentación del libro «No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo»

Convocatorias

Murcia | Presentación del libro «No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo»

25 febrero 2020

El próximo jueves 27 de febrero, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, en la que participan Cáritas Diócesis de Cartagena, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Acción Católica General (ACG), Justicia y Paz, Confer, Pastoral Obrera, Encuentro y Solidaridad, Salesianos Cooperadores y Hermanitas de Jesús, ha organizado la presentación del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. Para ello contaremos con la presencia de su autor, Abraham Canales, que es el director de publicaciones de la HOAC, y miembro del Equipo de Comunicación de los Encuentros Mundiales de Movimientos Populares con el Papa Francisco, así como de Rosario Hernández, militante de HOAC, y del periodista Pedro J. Navarro. El acto será a las 7 de la tarde, en el salón de actos del Instituto Teológico de Murcia (Franciscanos), en la Plaza de la Merced de Murcia.

Previamente, a las 11 de la mañana, la HOAC convoca un Encuentro con las organizaciones sindicales, como reconocimiento a su entrega y compromiso en la mejora de la vida de los trabajadores y trabajadoras, en el que hará entrega de ejemplares del libro a los secretarios generales de los sindicatos CCOO, Santiago Navarro Meseguer; de UGT, Antonio Jiménez Sánchez, y de USO, José Sáez Martínez, así como de la representante del Secretariado de Intersindical Región Murciana, Fina Lucerga Nieto. El acto tendrá lugar en la sede del Consejo Económico y Social (CES) de la Región de Murcia (calle Alcalde Gaspar de la Peña, 1) en un acto organizado como Rueda de Prensa a la que asistirá también el autor del libro, Abraham Canales, así como el consiliario de la HOAC, sacerdote y activista social, Joaquín Sánchez Sánchez.

 CATA DEL LIBRO 

Vall d’Uixó | La HOAC presenta un libro sobre el papa Francisco y el trabajo

Convocatorias

Vall d’Uixó | La HOAC presenta un libro sobre el papa Francisco y el trabajo

03 febrero 2020

El próximo jueves 6 de febrero a las 19 horas, en el Centro Cultural Palau de Vivel (C/ Sanchís Tarazona, 37) de la Vall d’Uixó (Castellón), se presenta el libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo, de Abraham Canales (Ediciones HOAC, 2019).

El acto de presentación pública, en formato de conversación, contará con la participación de Miro Sánchez, presidente diocesano de la HOAC; Charo Castelló, expresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos y miembro del comité organizador del Encuentro Mundial de Movimientos Populares en diálogo con el papa Francisco; y de Abraham Canales, autor del libro y director de Publicaciones de la HOAC.

Esta publicación, la primera de estas características que se edita en España, es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, que concreta el compromiso del papa Francisco con el trabajo decente, expresado en Evangelii gaudium y en Laudato si’, dos de sus aportaciones de referencia tanto para la Iglesia como para las «personas de buena voluntad» del planeta. Una constante que ha ido desarrollando en los distintos diálogos realizados con las organizaciones de los trabajadores y con los movimientos populares; en diversas visitas pastorales; y en las principales instituciones políticas, económicas y laborales. El libro se ha presentado en diversas ciudades del país además de los dos actos realizados en Argentina con una satisfactoria aceptación entre las personas que asiste a los actos.

El autor ha participado en el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares en diálogo con el papa Francisco y del encuentro internacional «De Populorum progressio a Laudato si’. El trabajo y el movimiento de los trabajadores en el centro del desarrollo humano integral, sostenible y solidario. ¿Por qué el mundo del trabajo sigue siendo la clave del desarrollo en el mundo global?» que reunió al movimiento sindical mundial con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.

No os dejéis robar la dignidad invita a sumergirse en este pensamiento para seguir profundizando en él y comprometerse en esta «prioridad humana y cristiana», más si cabe cuando el Papa, en este tiempo de profundos cambios en el mundo del trabajo, exhorta a que el trabajo, como actividad creadora que otorga dignidad a la persona, sea la clave esencial con la que situarse en este mundo, rápidamente cambiante, y ayude a lograr una «vida buena», evitando la precarización y el descarte de millones de personas, y favorezca el cuidado de la casa común.

Ávila | Presentación del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo

Convocatorias

Ávila | Presentación del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo

21 enero 2020

El próximo jueves 23 de enero a las 19:30 horas, en la Biblioteca pública de Ávila (plaza de la Catedral, 3), se presentará el libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo, de Abraham Canales.

El acto de presentación pública, organizado por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Ávila, contará con la participación de Manuel Ignacio Candil, presidente de este movimiento de trabajadores cristianos; Carlos de Miguel Pinto, periodista; y Abraham Canales, autor del libro.

Esta publicación, la primera de estas características que se edita en España, es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, que concreta el compromiso del papa Francisco con el trabajo decente, expresado en Evangelii gaudium y en Laudato si’, dos de sus aportaciones de referencia tanto para la Iglesia como para las «personas de buena voluntad» del planeta. Una constante que ha ido desarrollando en los distintos diálogos realizados con las organizaciones de los trabajadores y con los movimientos populares; en diversas visitas pastorales; y en las principales instituciones políticas, económicas y laborales.

El autor ha participado en el III Encuentro Mundial de Movimientos Populares en diálogo con el papa Francisco y del encuentro internacional «De Populorum progressio a Laudato si’. El trabajo y el movimiento de los trabajadores en el centro del desarrollo humano integral, sostenible y solidario. ¿Por qué el mundo del trabajo sigue siendo la clave del desarrollo en el mundo global?» que reunió al movimiento sindical mundial con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano.

No os dejéis robar la dignidad invita a sumergirse en este pensamiento para seguir profundizando en él y comprometerse en esta «prioridad humana y cristiana», más si cabe cuando el Papa, en este tiempo de profundos cambios en el mundo del trabajo, exhorta a que el trabajo, como actividad creadora que otorga dignidad a la persona, sea la clave esencial con la que situarse en este mundo, rápidamente cambiante, y ayude a lograr una «vida buena», evitando la precarización y el descarte de millones de personas, y favorezca el cuidado de la casa común.

El autor estará a disposición de los medios de comunicación veinte minutos antes de la presentación del libro por si quieren realizarle algunas preguntas al respecto.

Málaga | Se presenta un libro sobre el papa Francisco y el trabajo

Convocatorias

Málaga | Se presenta un libro sobre el papa Francisco y el trabajo

09 octubre 2019

El viernes 11 de octubre, a partir de las 19.30 horas, tienen lugar los actos de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en la Diócesis de Málaga.

La parroquia Stella Maris (Málaga) acoge la Eucaristía con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente organizada por la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (CONFER y HOAC) en Málaga.  A continuación, a las 20:30 horas, Abraham Canales, presentará su libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo, que recoge el magisterio del papa Francisco en torno al trabajo hasta el momento. Para darlo a conocer, el autor será entrevistado por la periodista Ana María Medina, de la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación y presentadora del programa Periferias de TRECE.

Abraham Canales es responsable de publicaciones de la Hermandad Obrera de Acción Católica. Este libro es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, recoge el compromiso del papa Francisco con el trabajo decente expresado con total nitidez en Evangelii gaudium y en Laudato si’, dos de sus aportaciones de referencia tanto para la Iglesia como para las «personas de buena voluntad» del planeta.

Mensaje del papa Francisco a la reunión centenaria de la OIT

Iglesia

Mensaje del papa Francisco a la reunión centenaria de la OIT

27 junio 2019

Intervención del cardenal Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio Integral del Desarrollo Humano, en la reunión centenaria de la OIT para trasladar el mensaje del papa Francisco. Documento original en inglés (pdf)castellano (pdf) | Vídeo | Audios en castellano, inglés y francés.

A los participantes de la 108 sesión de la
Conferencia de la 
Organización Internacional del Trabajo*
Del 10 al 21 de junio 2019, Ginebra

Saludos

Es un honor y una alegría para la Santa Sede participar en esta 108 asamblea de la Organización Internacional del Trabajo. Un especial agradecimiento al director general, el Sr Guy Ryder, que tan amablemente me ha invitado a presentar este mensaje y por haberme invitado –en varias ocasiones–, a visitar las oficinas de la OIT en Ginebra, invitación que espero pueda aceptar tan pronto como me lo permitan mis obligaciones.

Con el fin de expresar mi gratitud y aprecio por los cien años de esta, aún joven, institución, me gustaría empezar destacando la importancia que tiene el trabajo para la humanidad y el planeta. A pesar de nuestros esfuerzos en la construcción de la paz, la justicia social y las normas laborales[1], nos enfrentamos a serios problemas de desempleo, explotación, trata de personas y trabajo esclavo, salarios injustos, entornos laborales poco saludables, agotamiento de los entornos naturales, y prácticas y medios tecnológicos cuestionables.

Trabajo y la realización personal y socio-ecológica

El trabajo no es solo algo que hacemos a cambio de otra cosa. El trabajo es primero y ante todo “una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal”[2]. También tiene una dimensión subjetiva. Es expresión de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, el trabajador (Gen 2, 3). Así, “somos creados con vocación al trabajo”[3].

Además de ser esencial para la realización de la persona, el trabajo también es fundamental para el desarrollo social. Mi predecesor san Juan Pablo II lo dijo de forma preciosa, cuando explicó que “el trabajo es trabajo con otros y trabajo para otros”; y cuando como fruto, el trabajo ofrece “ocasiones para el intercambio, la relación y el encuentro”[4]. Cada día, millones de personas cooperan en el desarrollo mediante sus actividades manuales o intelectuales, en las grandes ciudades o en las zonas rurales, con tareas sofisticadas o sencillas. Todas son expresiones del amor concreto por la promoción del bien común, de un amor social.[5]

Sin embargo nuestra vocación al trabajo está también indisolublemente conectada con la forma en la que interactuamos con el medio ambiente y la naturaleza. Estamos llamados a trabajar en el “cultivo y mantenimiento” del jardín del mundo (cf. Gn 2, 15), es decir, a cultivar la tierra para que sirva a nuestras necesidades sin dejar de cuidarlo y protegerlo[6]. El trabajo es camino de crecimiento, pero sólo si es un crecimiento integral que contribuye a todo el ecosistema de la vida: a los individuos, las sociedades y el planeta.

Por lo tanto, el trabajo no puede considerarse una mercancía o un mero instrumento en la cadena de producción de bienes y servicios[7]. Más bien, puesto que es la base para el desarrollo humano, el trabajo tiene prioridad sobre cualquier otro factor de producción, incluyendo el capital[8]. De ahí el imperativo ético de “defender puestos de trabajo”[9] y de crear otros nuevos en proporción al aumento de la viabilidad económica[10], así como de asegurar la dignidad del trabajo en sí mismo[11].

Crear y defender el empleo hoy

Sin embargo, solo necesitamos echar un vistazo a los hechos para ver que el trabajo, con bastante frecuencia, y tristemente, dificulta la realización humana y no sirve para el cultivo y mantenimiento de la creación de Dios o para acentuar la dignidad de los trabajadores. Por lo tanto, ¿qué clase de trabajo tenemos que defender, crear y promover?

Es un tema complejo. En el interconectado mundo de hoy, responder a la complejidad de los temas laborales requiere un análisis exhaustivo e interdisciplinar. Acojo con satisfacción los enfoques de la OIT a este respecto, especialmente su intento actual de redefinir el trabajo a la luz de las nuevas realidades políticas y socioeconómicas, en particular aquellas que están afectando a los pobres. Gracias también por permitir que la Iglesia sea parte de esta iniciativa mediante el papel del Observador Permanente de la Santa Sede en la OIT[12].

Cuando el modelo de desarrollo económico se basa únicamente en la dimensión material de la persona, o cuando solo beneficia a algunos con la exclusión de otros, cuando daña el medio ambiente, causa a la “hermana tierra, junto con todos los abandonados de nuestro mundo, a gritar, suplicando que tomemos otro rumbo”[13].

El nuevo rumbo del desarrollo económico sostenible necesita situar a la persona y el trabajo en el centro del desarrollo, mientras se busca integrar los temas laborales con los medioambientales. Todo está interconectado, y debemos responder de manera integral[14].

La contribución del primer juego de triple “T”

Una contribución válida a esta respuesta integral es lo que algunos movimientos sociales y sindicatos han llamado la triple T: tierra, techo y trabajo[15]. No queremos un sistema de desarrollo económico que empuje a la gente a estar desempleada, sin techo o exiliada. “La tierra es esencialmente una herencia compartida, cuyos frutos están destinados para beneficiar a todos”[16] y “llegar a todos de manera justa”[17]. Este tema adquiere relevancia especial en relación a la propiedad de la tierra, tanto en las zonas rurales como urbanas, y con el proceso legar de garantizar el acceso a ella[18]. En este hecho, el criterio de justicia por excelencia es la aplicación del principio de “el destino universal de los bienes de la tierra”, donde “el derecho de todos a su uso” es “el principio fundamental de todo orden ético-social”[19].

La interdependencia entre trabajo y medio ambiente nos fuerza a repensar el tipo de tareas que queremos promover en el futuro y aquellas que necesitan ser sustituidas o resituadas, tales como las actividades de la industria de combustibles fósiles contaminantes. Es imperativo pasar del actual modelo de energía fósil a uno de energía renovable, si queremos cuidar la madre tierra, sin la que no hay trabajo posible. Pero sería injusto si esta transición de energías se llevara a expensas de los necesitados. Al promover y defender el empleo, debemos tener en cuenta la conexión entre “techo, tierra, trabajo”[20].

Contribución del segundo juego de triple “T”

Otra aportación para una respuesta integral a los problemas actuales entorno al trabajo es otro juego de “T”: tradición, tiempo y tecnología.

La palabra tradición viene del latín tradere; significa transmitir a otros, para dar, en particular a las nuevas generaciones. En el campo del trabajo, necesitamos transmitir no solo el “saber cómo” tecnológico, sino también experiencias, visiones y esperanzas. Esta dinámica intergeneracional es fundamental en este momento de la historia, cuando necesitamos combinar sabiduría con pasión por el bien de la humanidad y nuestra casa común.

En términos de tiempo, sabemos que “la aceleración continua de los cambios” y “un ritmo de vida y trabajo más intenso”, no contribuyen a un desarrollo sostenible o la mejora de la calidad de la vida de las personas[21]. Debemos dejar de concebir el tiempo de manera fragmentada, como una dimensión desechable y costosa de los negocios. En realidad, el tiempo es un regalo (de Dios) que se recibe, se aprecia y se valora, donde podemos iniciar procesos de avance humano, donde podemos estar atentos a la vida que nos rodea. Es por eso que necesitamos tiempo para trabajar, y tiempo para descansar; tiempo para el trabajo, y tiempo para contemplar la belleza del trabajo humano y la naturaleza[22]. Necesitamos tiempo para reducir la marcha y darnos cuenta de la importancia de estar presente en el momento más que correr siempre hacia el siguiente momento.

También sabemos que la tecnología, de la cual recibimos tantos beneficios y oportunidades, puede obstaculizar el desarrollo sostenible cuando se asocia con un paradigma de poder, dominación y manipulación[23]. En el contexto actual de la Cuarta Revolución Industrial, caracterizada por esta rápida y refinada tecnología digital, la robótica y la inteligencia artificial[24], el mundo necesita instituciones como la OIT. Vosotros tenéis la capacidad de desafiar una generalizada mentalidad tóxica para la cual no importa si hay degradación social o medioambiental; para la que no importa qué o quién se usa o se descarta; para la cual no importa si existe el trabajo forzoso de niños o desempleo juvenil[25].

Como defiende el tema del Día contra el trabajo infantil de la OIT de 2019 “¡Los niños no deberían trabajar en los campos, sino en los sueños!”[26]

Sobre los jóvenes, “la falta de trabajo tiene un impacto negativo en su capacidad para soñar y tener esperanza, y les priva de la posibilidad de contribuir al desarrollo de la sociedad”[27]. El empleo juvenil y la inseguridad laboral a menudo están vinculados a una mentalidad económica de explotación laboral y medioambiental, con una cultura tecnocrática que no pone al ser humano en el centro, y con la falta de voluntad política para abordar en profundidad este complejo tema[28]. No es una sorpresa, entonces, que la gente joven exija cambios y “se pregunten cómo alguien puede afirmar que está construyendo un futuro mejor sin pensar en la crisis medioambiental y los sufrimientos de los excluidos”[29]. Necesitamos escuchar a los jóvenes para contrarrestar la actitud de dominio con la actitud del cuidado: cuidado a la tierra y a las generaciones futuras. Esta es una “cuestión básica de justicia [y de justicia intergeneracional], puesto que el mundo que hemos recibido también pertenece a aquellos que nos seguirán”[30].

Una institución global como la OIT está bien equipada para promover, junto a la Iglesia, esta mentalidad del cuidado, la inclusión y el desarrollo humano real. Por eso, debemos promover y defender el empleo teniendo en cuenta la conexión entre tradición, tiempo y tecnología[31].

Conclusión

En el complejo e interconectado mundo de hoy, debemos resaltar la importancia del trabajo bueno, inclusivo y decente. Es parte de nuestra identidad humana, necesaria para nuestro desarrollo humano, y vital para el futuro del planeta. Por lo tanto, si bien elogio el trabajo que la OIT ha realizado en el último siglo, animo a todos los que sirven a la institución a continuar abordando el tema del trabajo en toda su complejidad. ¡Necesitamos personas e instituciones que defiendan la dignidad de los trabajadores, la dignidad del trabajo de todos, y el bienestar de la tierra, nuestra casa común!

¡Dios les bendiga a todos!

Desde el Vaticano, 10 de junio de 2019

 

 

* Traducción, del inglés al castellano, realizada por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de España. www.hoac.es

[1] Cf. ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, Constitución OIT (1919), Preámbulo.
[2] Carta encíclica Laudato si’ (24 de mayo de 2015), 12S: AAS 107 (2015), SOS.
[3] Ibid.
[4] Ibid, 273.
[5] Cf. Laudato si’, 231: AAS 107 (2015), 937-938.
[6] Cf. ibid, 67:AAS 107 (2015), 873-874.
[7] San Juan Pablo II, carta encíclica Laborem exercens (14 de septiembre 1981), 7: AAS 73 (1081), 592-594.
[8] Cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 276.
[9] Exhortación Apostólica Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013), 203: AAS 105 (2013), 1105.
[10] Cf. ibid., 204: AAS 105 (2013), 1105-1106.
[11] Cf. ibid., 205:AAS 105 (2013), 1106.
[12] Véase, entre otros, el proyecto: El futuro del trabajo, el trabajo después de la Laudato si’.
[13] Laudato si‘, 53: AAS 107 (2015), 868.
[14] Cf. ibid, 16, 91, 117, 138, 240: AAS 107 (2015), 854-855, 883-884, 894, 902-903, 941-942.
[15] Cf. Discurso a los participantes en el encuentro mundial de movimientos populares, 5 de noviembre de 2016.
[16] Laudato si’, 93: AAS 107 (2015), 884-885.
[17] CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo moderno, Gaudium et spes, 69.
[18] Cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 283.
[19] Laudato si’, 93: AAS 107 (2015), 884-885.
[20] Cf. Carta a los participantes en la Conferencia Internacional “De la Populorum progressio a la Laudato si”’, 24 de noviembre de 2017.
[21] Laudato si’, 18: AAS 107 (2015), 854.
[22] Cf. ibid, 12: AAS 107 (2015), 852.
[23] Cf. ibid., 102-114: AAS 107 (2015), 887-893.
[24] Cf. J. MANYIKA, “Tecnología, trabajo y el futuro del trabajo”, Informe del Instituto Global McKinsey elaborado para el Foro Global Fortune-Time, Ciudad del Vaticano, diciembre 2016.
[25] Aunque el número de niños empleados de 5 a 14 años está disminuyendo, sucede a un ritmo muy lento. Con todavía más de 100 millones de niños trabajando, es improbable que podamos cumplir el objetivo de terminar con el trabajo infantil en todas sus formas en 2025. Sin embargo, aunque el nivel de desempleo global ha disminuido, más de 170 millones de personas aún se encuentran sin empleo. Además, mujeres, personas con discapacidad y los jóvenes (de 15 a 24 años) continúan teniendo muchas menos posibilidades de tener un empleo (por ejemplo, cinco jóvenes no tienen empleo, educación o formación). Cf ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, Perspectivas mundiales del empleo -Tendencias 2019 (13 de febrero de 2019).
[26] ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, Tema del Día mundial contra el trabajo infantil (12 de junio de 2019)
[27] Exhortación apostólica Christus Vivit (25 de marzo de 2019), 2702.
[28] Cf. ibid., 271; Laudato si’, 4, 106, 109, 149, 166 : AAS 107 (2015), 848, 889-890, 891, 907, 913-914.
[29] Laudato si’, 13:AAS 107 (2015), 852.
[30] Ibid., 159: AAS 107 (2015), 911.
[31] Cf. Carta a los participantes en la Conferencia Internacional “De la Populorum Progressio a la Laudato si”, 24 de noviembre de 2017.

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Castellón | Presentación del libro «No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo»

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Castellón | Presentación del libro «No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo»

16 mayo 2019

El próximo miércoles 22 de mayo a las 19 horas, en el Casa de los Caracoles (calle Mayor, 78) de Castellón, se realizará la presentación pública del libro de Ediciones HOAC No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo, de Abraham Canales Fernández (Ed).

En el acto de presentación, organizado y presentado por la HOAC de Segorbe-Castellón, intervendrán Charo Castelló, expresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristiano y miembro del comité organizador de los tres encuentros mundiales de movimientos populares en diálogo con Francisco, junto con el autor de la publicación, Abraham Canales.

Este libro es una recopilación comentada de textos, a modo de compendio, que recoge el compromiso del papa Francisco con el trabajo decente expresado con total nitidez en Evangelii gaudium y en Laudato si’, dos de sus aportaciones de referencia tanto para la Iglesia como para las «personas de buena voluntad» del planeta. Una constante que ha ido desarrollando en los distintos diálogos realizados con las organizaciones de los trabajadores y con los movimientos populares; en diversas visitas pastorales; y en las principales instituciones políticas, económicas y laborales del mundo.

No os dejéis robar la dignidad invita a sumergirse en este pensamiento para seguir profundizando en él y comprometerse en esta «prioridad humana y cristiana», más si cabe cuando el Papa, en este tiempo de profundos cambios en el mundo del trabajo, exhorta a que el trabajo, como actividad creadora que otorga dignidad a la persona, sea la clave esencial con la que situarse en este mundo, rápidamente cambiante, y ayude a lograr una «vida buena», evitando la precarización y el descarte de millones de personas, y favorezca el cuidado de la casa común.

 Acceso a más información, sumario y cata del libro.

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