Como los Magos tras la estrella, nuestro camino de Adviento y Navidad ha sido un camino en pos de la Esperanza que necesita vivir el mundo obrero. Un camino preñado de la presencia y la espera del Dios encarnado por amor. Conscientes de un mundo obrero lacerado por la discordia y dividido por el egoísmo, también nos ha hecho conscientes este viaje, de los criterios de Dios y la potente humildad de su amor. Recoge esa vida, contémplala y agradécela. Deja que ese encuentro con Dios en la vida obrera te lleve de vuelta por otro camino.