Para que el Evangelio resuene hoy como Buena Noticia, especialmente para los más pobres, es necesario que haya comunidades creyentes de hombres y mujeres dispuestos a vivir siendo imagen de Dios, respondiendo vitalmente a la vocación de la comunión, dejando a Dios ser el verdadero Señor de nuestras vidas, en nuestras opciones y decisiones.
29º Domingo TO