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El estrés térmico provocado por el cambio climático repercutirá en la salud laboral y en el empleo

03 julio 2019 | Por

El estrés térmico provocado por el cambio climático repercutirá en la salud laboral y en el empleo

Cabe esperar que el calentamiento mundial provoque un aumento del estrés térmico en el trabajo, que repercutirá adversamente en la productividad y provocará pérdidas económicas y de empleo. Los países más pobres se verán particularmente afectados.

Según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Trabajar en un planeta más caliente: El impacto del estrés térmico en la productividad laboral y el trabajo decente (Working on a warmer planet: The impact of heat stress on labour productivity and decent work) se prevé que el aumento del estrés térmico provocado por el calentamiento global traiga consigo en 2030 pérdidas de productividad en todo el mundo equivalentes a 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo.

Con arreglo a esas proyecciones, basadas en un aumento de la temperatura mundial de 1,5°C para finales del presente siglo, se prevé que en 2030 se pierda el 2,2% de las horas de trabajo en todo el mundo como consecuencia del aumento de la temperatura, porcentaje equivalente a 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. Ello conllevará pérdidas económicas a escala mundial de 2.400 millones de dólares. 

Por otro lado, en el informe se especifica que esa estimación es conservadora, al haberse tenido en cuenta que el aumento promedio de la temperatura a escala mundial no rebasará 1,5°C. También se ha realizado la hipótesis de que el trabajo en la agricultura y en la construcción, dos de los sectores más afectados por el estrés térmico, se realiza en lugares a la sombra.

El nuevo informe de la OIT se basa en datos climáticos, fisiológicos y de empleo, y proporciona estimaciones, tanto actuales como previstas, sobre pérdidas de productividad a escalas nacional, regional y mundial.

El estrés térmico guarda relación con el aumento de calor que puede soportar el cuerpo humano sin padecer degradación fisiológica. Por lo general, esta se produce a temperaturas superiores a 35°C, en condiciones de elevada humedad. El exceso de calor en el ámbito laboral constituye un riesgo para la salud en el trabajo, al restringir las funciones y aptitudes físicas de los trabajadores y su capacidad de trabajo, y en consecuencia, disminuir la productividad. En casos extremos puede provocar insolaciones, que podrían llegar a ser mortales.

El calor es un riesgo para la seguridad y la salud en el trabajo

Se prevé que el sector más afectado a nivel mundial sea el agrícola. Dicho sector cuenta con 940 millones de trabajadores en todo el mundo. Se estima que para 2030, el 60% de las horas de trabajo perdidas en todo el mundo como consecuencia del estrés térmico correspondan a ese sector. El sector de la construcción también se verá gravemente afectado, y se prevé que para ese mismo año el 19% de las pérdidas de horas de trabajo a escala mundial como consecuencia del estrés térmico se produzcan en ese sector. Otros sectores particularmente en riesgo son los de bienes y servicios medioambientales, recogida de basura, emergencias, trabajos de reparación, transporte, turismo y deportes, así como determinadas formas de trabajo industrial.

Los efectos tendrán lugar de forma desigual en todo el mundo. Las regiones en las que más horas de trabajo se perderán serán Asia meridional y África occidental, en las que se prevé que se produzca una pérdida de alrededor del 5% de las horas de trabajo en 2030, es decir, alrededor de 43 millones y 9 millones de puestos de trabajo respectivamente.

Cabe destacar que los habitantes de las regiones más pobres serán los que padezcan las mayores pérdidas económicas. Se prevé que los países de ingresos de nivel medio-bajo, o de ingresos bajos, sean los que se vean afectados de manera más adversa, especialmente por disponer de menos recursos para adaptarse eficazmente al aumento de calor. En consecuencia, las pérdidas económicas provocadas por el estrés térmico ampliarán la disparidad económica que se da en la actualidad, en particular la tasa de trabajadores pobres, el empleo informal y vulnerable, la agricultura de subsistencia y la falta de protección social.

El estrés térmico afectará a millones de mujeres, que constituyen la mayoría de los trabajadores en la agricultura de subsistencia, y de hombres, que son la mayor parte de los trabajadores del sector de la construcción. El estrés térmico puede provocar asimismo un aumento de la migración, a raíz de la mayor cantidad de trabajadores que abandonan las zonas rurales en busca de un futuro mejor.

Temperatura ambiente, olas de calor y lesiones laborales en Europa y Asia Central

En Europa y Asia Central, la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor y, en general, de los días con altas temperaturas podrían tener efectos perjudiciales sobre la salud y la productividad de personas que viven en la región. La ola de calor del verano de 2003 provocó entre 22.000 y 35.000 muertes relacionadas con el calor en toda Europa durante las dos primeras semanas de agosto. Aunque afectadas en menor medida que las poblaciones de los países tropicales y subtropicales, las personas que viven en las zonas climáticas templadas de Europa pueden enfrentar riesgos crecientes en su lugar de trabajo y en el hogar como resultado de olas de calor más frecuentes y períodos más largos de calor en el verano.

En un estudio analizado que evaluó la relación entre la temperatura ambiente y las lesiones ocupacionales en España durante el período de 20 años comprendido entre 1994 y 2003, se estimó que el 2,7% de todas esas lesiones podrían atribuirse a temperaturas ambientales no óptimas, entre ellas las temperaturas extremas, las cuales desempeñaron un papel significativo.  Esta tasa de lesiones profesionales es equivalente a una pérdida anual de 42 días hábiles por cada 1.000 trabajadores, lo que representa el 0,03 por ciento de los PIB en 2015.

España es el país más afectado por estrés térmico de Europa occidental

Los datos sobre el porcentaje del PIB perdido por estrés por calor sitúan a España entre los diez países más afectados de Europa y Asia Central y el más afectado de Europa occidental.

La pérdida del PIB se calcula multiplicando el número equivalente de empleos a tiempo completo perdidos por el PIB por trabajador. Los cambios tecnológicos y de capital a lo largo del tiempo se tienen en cuenta en la medida del PIB por trabajador. Los datos de los empleos equivalentes a tiempo completo perdidos se basan en observaciones históricas y en estimaciones obtenidas utilizando el clima RCP2.6 vía de cambio, que prevé un aumento de la temperatura media mundial de 1,5 ° C para finales de siglo.

El tripartismo está llamado a jugar un  papel  clave en la adaptación al aumento de temperaturas –y en la atenuación de sus efectos– en el mundo del trabajo

Los retos que plantea el cambio climático constituyen un tema primordial en la nueva Declaración del Centenario de la OIT sobre el futuro del trabajo, y determinarán su programa de trabajo e investigación. El informe pone de manifiesto el gran alcance de las consecuencias de dichos retos con respecto a la Agenda 2030 de la ONU . En particular, se señala que “los efectos del estrés térmico en los planos económico, social y sanitario podrían dificultar la lucha contra la pobreza y la promoción del desarrollo humano y, en consecuencia, el cumplimiento de la mayor parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas”.

“La incidencia del estrés térmico en la productividad laboral es una grave consecuencia del cambio climático, que provoca asimismo otros efectos adversos, por ejemplo cambios en los regímenes de precipitaciones, aumento del nivel del mar y pérdida de biodiversidad”, según señala la Sra. Catherine Saget, Directora de la Dependencia del Departamento de Investigación de la OIT y una de las principales autoras del informe. “Además de los enormes costos económicos que conlleva el estrés térmico, cabe esperar un aumento de la disparidad entre los países de bajo nivel de ingresos y los países de mayores ingresos, un empeoramiento de las condiciones de trabajo de las personas más vulnerables, y desplazamientos de población. Con objeto de adaptarse a esa nueva realidad, gobiernos, empleadores y trabajadores deben adoptar medidas acuciantes que hagan hincapié en la protección de los más vulnerables.”

En el informe se aboga por que se redoblen los esfuerzos encaminados a la formulación, financiación y aplicación de políticas a escala nacional que permitan paliar los riesgos que provoca el estrés térmico y proteger a los trabajadores. Cabe destacar el fomento de infraestructuras adecuadas y el desarrollo de sistemas de alerta temprana para hacer frente a los fenómenos térmicos, así como la mejora de la aplicación de las normas internacionales del trabajo, en particular en la esfera de la seguridad y la salud en el trabajo, a fin de promover la formulación de políticas que permitan hacer frente a los peligros que provoca el calor.

Los empleadores y trabajadores pueden desempeñar una función idónea para evaluar los riesgos y adoptar las medidas pertinentes en el lugar de trabajo, con objeto de que los trabajadores puedan seguir desarrollando su labor fácilmente en situaciones de elevadas temperaturas. Los empleadores deberían proporcionar agua potable y ofrecer programas de capacitación en materia de reconocimiento y gestión del estrés térmico. El diálogo social puede constituir un medio primordial para alcanzar un consenso en relación con los métodos de trabajo más adecuados en entornos interiores o exteriores, la adaptación de los horarios de trabajo, el uso de vestimenta y de equipos, la utilización de las nuevas tecnologías, el establecimiento de lugares situados en zonas de sombra y la realización de recesos en el trabajo.

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