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El mun­do del tra­ba­jo nos com­pe­te, es tam­bién res­pon­sa­bi­li­dad de la Igle­sia

23 noviembre 2018 | Por

El mun­do del tra­ba­jo nos com­pe­te, es tam­bién res­pon­sa­bi­li­dad de la Igle­sia

Milagros Villamarín Casal y Teresa García Gómez, responsables generales de Compromiso y de Difusión a nivel nacional de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), han visitado recientemente Soria; la Delegación episcopal de medios de comunicación de la Diócesis ha aprovechado esta visita para hablar con ellas.

Como responsables de la HOAC sois la voz de la Iglesia en el mundo del trabajo. ¿Cómo vivís esta misión en un campo tan dominado por las ideologías?

Milagros (M): Siempre ha sido muy difícil. Ser cristiano en el mundo obrero supone tener que demostrar continuamente a los demás compañeros que tus intereses son los mismos que los suyos y que, además, son los mismos que los de Cristo: el sentido de la justicia, de la libertad, de la dignidad de cada persona. Esto se demuestra con el testimonio vital, implicándote en las mismas cosas que ellos, viviendo sus mismas dificultades, porque al fin y al cabo somos todos trabajadores. Todo el que necesita un salario para vivir, sea del tipo y la gama que sea, es un trabajador. Esta dificultad los militantes de la HOAC la hemos ido subsanando con nuestra presencia, testimonio, trabajo, hasta el punto de que allí donde estamos se nos reconoce como cristianos, se nos acepta y se va entendiendo que eso también es Iglesia.

Teresa (T): Desde la HOAC se ha trabajado mucho la apertura hacia los demás, hacia las otras asociaciones y movimientos que trabajan en el campo del trabajo, aunque sea con otros ideales. Pero en el fondo, en el que la persona sea el centro, en el querer un trabajo digno, en eso todos vamos juntos. Nos abrimos, nos hacemos presentes, respetamos a los demás, pero también llevamos nuestros motivos y nuestra ilusión. Esto nos ha servido para poder integrar a la HOAC en este medio.

Y también sois la voz del mundo del trabajo en la Iglesia…

M: Claro, lo mismo pasa hacia la Iglesia porque en la Iglesia siempre se ha tenido la imagen de que somos los rojos, los de izquierdas. Y no es así. Al fin y al cabo, estamos donde estamos porque entendemos que es lo que nos está pidiendo Cristo. Estamos muy contentos de la acogida que está teniendo en la Iglesia la iniciativa “Iglesia por el trabajo decente” en los últimos cuatro años. Se trata de asumir la importancia y la centralidad que tiene el trabajo para la vida de las personas, para su dignidad, porque de tener un trabajo o no depende que en su vida pueda existir la posibilidad de la contemplación, del cuidado de la familia o de sus relaciones sociales. Que la Iglesia esté reconociendo esto como un elemento central sobre el que se tiene que pronunciar y expresar, para nosotros es un motivo de alegría y lo vemos como una gracia. El mundo del trabajo nos compete, es también responsabilidad nuestra, de la Iglesia.

T: Ahora se está haciendo un trabajo muy a nivel de base junto a otros movimientos eclesiales como Cáritas, la Frater, CONFER, etc. lo cual es de gran ayuda para ver qué es lo que tenemos que mejorar o hacer visible de cara a la sociedad.

M: Se trata de una voz de la Iglesia, no es una voz aislada. Cada vez hay más Obispos que se implican, en diferentes formas y medidas, y eso es importante porque es la visibilidad de la Iglesia como conjunto. Es la apuesta del Vaticano, no sólo del Papa Francisco. Se ha convocado a todos los movimientos populares del mundo, a los movimientos sindicales, para defender unidos la dignidad de la persona y del trabajo. Estamos ante un problema muy grande, el sistema capitalista está llegando a extremos que en otros momentos no habíamos visto. Parece que lo humano no importa, es como si fuera desdibujando la figura humana a la que no se le da valor en esta sociedad.

¿De dónde parte vuestro compromiso en la HOAC?

 M: En mi caso de los grupos juveniles de las parroquias, empezamos a mirar la realidad que nos rodeaba con los ojos de la fe. Eso nos lo enseñaron desde jovencitos en la Iglesia. Después la fe fue madurando, creciendo y vimos que necesitábamos un espacio dentro de la Iglesia que nos ayudara a vivir con coherencia y en unidad esa implicación en la realidad social. Y así apareció la HOAC en mi vida. Desde entonces aquí sigo. Este es mi cuarto año como responsable de Compromiso. Yo soy administrativo en un hospital, en Huelva, pero pude pedir una excedencia en mi trabajo que me permitió aceptar esta responsabilidad en Madrid cuando se me propuso.

T: Yo conocí la HOAC ya un poquito más mayor. Soy de Valencia y cuando mis hijas empezaron a ir a la catequesis de Comunión me integré en el grupo de catequistas, el párroco era de la HOAC y nos la dio a conocer. Fue como un deslumbramiento, no sabía si iba a ser capaz de hacerlo bien, pero sabía que era lo que quería y necesitaba. Esto fue hace unos 22 o 23 años. Cuando me convocaron para esta responsabilidad de Difusión tuve mis dudas pero lo hablé, hice un discernimiento a partir del equipo, de la familia y decidí que sí, que era lo que tenía que hacer.

Como cristianas, respondisteis a la llamada a servir…

 M: Sí pero es también encontrar un elemento en tu vida que te aporta felicidad, te ayuda a ser tú misma, a encontrarte con un tipo de persona que es la que Jesús plantea y quieres eso para ti y para los demás.

T: Respondes por convencimiento propio porque es lo mejor que te puede pasar en la vida, es estar segura de que ése es el camino que tienes que recorrer. Y lo haces con la fe, que es lo que te hace luchar contra el desaliento, y con la ayuda siempre de la gracia.

M: En el camino hay muchas incertidumbres, dudas… No es un camino de rosas pero, incluso en las dificultades y caídas, siempre ha estado esa presencia ahí que te dice que esto te construye, te constituye como persona, y lo haces junto a otras personas. El sentido comunitario es muy importante. Además, yo creo que es muy complicado conocer a Dios si no es a través de la comunidad porque Dios se concreta en cada uno de nosotros.

Hablamos del mundo del trabajo, sin olvidar el mundo obrero…

 M: Sí, hacemos la doble vinculación del mundo obrero y del trabajo por dos razones: Primero, lo que conlleva el mundo obrero, toda esa cultura de valores, es bueno no olvidarlo porque son valores de solidaridad, muy cercanos a la fe; segundo, el mundo del trabajo, porque la realidad actual se ajusta más al concepto de trabajo. Los tiempos son diferentes, hoy en el trabajo se dan muchas dificultades, incluso en las profesiones liberales. Antes los obreros se encontraban, ahora no; hay mucha soledad, mucho aislamiento, algunos trabajan en casa o incluso en un mismo espacio de trabajo se impide el diálogo entre los trabajadores; en algunas empresas se dan unas condiciones de trabajo muy precarias…

T: Hay que hacer visibles todas esas dimensiones del trabajo. Hay que unir al mundo del trabajo lo que es la dignidad de la persona, la centralidad de la persona y lo sagrado de ella.

M: Como HOAC estamos haciendo una labor de hacer ver que el trabajo es inseparable de la persona. Mientras exista la persona va a existir el trabajo, remunerado o no, porque es una condición intrínseca a ella. Además, desde la visión de la Iglesia, somos co-creadores con Dios, ésa es nuestra función, ése es el deber que tenemos para con Dios y la comunidad. Es verdad que cuando aportamos esta reflexión siempre se entiende, es una aportación que la Iglesia tiene que hacer a este mundo, en el que el trabajo se ha desvinculado de la persona. Ambos se tratan como mercancías. Desde la fe eso lo tenemos que criticar con dureza, como hizo Jesús. Entonces se habían olvidado de la persona, igual que ahora el sistema se olvida del pobre o las administraciones se olvidan de Soria. Y Jesús puso a la persona en el centro.

El lema de la Jornada mundial de los pobres este año ha sido “Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”; ¿quién es hoy ese pobre?

T: El mensaje explícito que hace el Papa Francisco es que la sociedad está generando muchos pobres. Ya no es sólo el pobre indigente al que le damos una pequeña limosna; no, el pobre es aquél que la sociedad de la que formamos parte generamos: el que no tiene trabajo, el que está excluido, el que viene de fuera y no se siente respetado ni acogido. A todos ellos ahora hay que hacerlos visibles, hacerles un sitio en la sociedad, que es el sitio que les pertenece como hijos e hijas de Dios. Como dice el Papa, hace falta la implicación de las instituciones, que se preocupen y ocupen de las personas excluidas.

En España, en el último informe de FOESSA, se dice que las diferencias entre pobres y ricos son cada vez mayores; ahí tenemos que ver de qué manera la sociedad, como comunidad que somos, hemos de hacernos cargo de esta situación y exigir a las instituciones que tomen medidas para que esas personas puedan valerse por sí mismas y salir de la pobreza y la exclusión. Para esto se necesitan inversiones, presupuestos que lo tengan cuenta. Lo vemos también aquí en Soria, con el problema de la despoblación. La gente se va porque no puede vivir aquí, no puede subsistir, no hay posibilidad. Y esto se va viendo ya como una cosa normal, lo asumimos como algo inevitable y esta resignación es precisamente lo que hay que intentar cortar.

M: La política está absolutamente posicionada al lado del poder económico y todo está organizado en base a eso. Tenemos que decir basta desde dentro y desde fuera de la Iglesia, uniendo fuerzas, tomando conciencia de nuestra responsabilidad y de que con otra organización y otros planteamientos todo podría cambiar.

T: Es muy importante en este sentido acompañar a las personas, hacerles ver la importancia de la comunidad, de la ayuda mutua, del poder de transformación que es posible, algo en lo que la Iglesia puede tener un papel fundamental. Los compañeros del equipo de HOAC de Soria son de admirar, se cuidan, se acompañan y siguen trasladando a la sociedad todo lo que pueden; son un gran testimonio para todos.

¿Qué es “¡Tú!”?

T: Es nuestra revista, una publicación bimensual que pretende ser un medio para dialogar y compartir con las personas del mundo obrero y del trabajo, una visión del ser y el hacer como Iglesia que estamos en la sociedad. También estamos en www.tu.hoac.es y en las redes sociales. Es un modo de dar visibilidad y reflexionar sobre temas clave y experiencias concretas de la vida del trabajo que nos sirvan a todos para ver, para opinar, para tener un criterio, para avanzar.

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Publicado en El Mirón de Soria y en la Agencia SIC

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