El martes 16 de octubre a las 20h, en la plaza de Educador, la plataforma Almería unida contra la pobreza en la que participa la HOAC diocesana, ha convocado un círculo de silencio con el tema “Por un trabajo que dignifique a las personas” dentro de los actos programados durante la semana contra la pobreza.

¿Por qué gritamos en silencio? Porque cuando las palabras se han gastado tanto caen en desuso, llegan a significar todo lo contrario de lo que un día expresaron.
Así reformar ahora significa recortar; apoyar financieramente a la banca es en realidad rescatarla; cuando nos dicen que van a flexibilizar el mercado laboral lo que nos quieren decir es que quieren abaratar el despido. Así podríamos seguir…

También el silencio se puede malinterpretar. El refranero español sentencia: “el que calla otorga”. Nosotros no queremos callar. Nuestra intención es, además, procurar que cada vez más gente abandone su actitud callada y se sume a la reinterpretación del silencio. A través del silencio queremos:

– denunciar injusticias cometidas contra personas que han venido a nuestro país en búsqueda de un futuro,
– llamar la atención de otros españoles hacia la realidad callada y silenciada de estas personas que también son nuestros vecinos y conciudadanos,
– ayudar a devolver la dignidad de los “sin voz”
– devolver el significado a palabras como solidaridad, hospitalidad y fraternidad. Palabras que tanto significaron no hace mucho y que, en esta situación de “sálvese quien pueda”, están muy devaluadas.

Pero el silencio es también lugar de encuentro con uno mismo. El lugar al que solo yo puedo entrar, donde nada me engaña, ni siquiera yo mismo. Donde las musiquillas de la publicidad chillona de la televisión, las voces de los mercaderes de buenos momentos y originalidad, y las muchas ofertas de disfrute y descuentos en la realidad descarnada no llegan.

Allí hace mucho tiempo que no vamos o no vamos con tanta frecuencia como debiéramos.