Los promotores de la Acción Conjunta contra el Paro volvieron a utilizar el Centro Diocesano de Empleo gestionado por Cáritas Sevilla para celebrar, el pasado lunes, la octava edición del Encuentro Diocesano “Ante el parado activa tu conciencia”. En esta ocasión, convocaron a personas del ámbito sindical para profundizar una vez más, sobre las oportunidades y obstáculos existentes a la hora de crear trabajo digno.

Así, 24 personas pertenecientes a sindicatos y a las organizaciones eclesiales implicadas en esta iniciativa, compartieron un espacio de reflexión en el que expresaron sus preocupaciones sobre la realidad laboral actual, hicieron propuestas y denunciaron, desde su experiencia, situaciones de abuso en las condiciones de empleo que tienen que asumir muchos trabajadores.

Alfonso Alcaide, miembro de la HOAC Sevilla, fue el encargado introducir y contextualizar el evento dentro de la Campaña Iglesia unida por el trabajo decente, que desde 2015 busca combatir el desempleo desde acciones concretas de sensibilización, formación y concienciación, como son los encuentros de la Acción Conjunta contra el Paro, que desde su séptima edición (con empresarios y académicos), busca dialogar con los sectores relacionados con el ámbito laboral.

Tras su interverción, tomaron la palabra Nuria Martínez Barco, Secretaria de la Comisión de Salud y Medio ambiente de Comisiones Obreras de Andalucia, y Diego Carlos García Cebrián, Secretario Institucional y de Política Sindical de UGT-Sevilla. Ambos coincidieron en la denuncia necesaria de la precariedad de los contratos y las condiciones laborales que, desde la crisis y la última reforma laboral, atacan directamente a la dignidad de la persona.

Cebrián comentó que “donde antes trabajaba uno, ahora trabajan cuatro cotizando menos y en malas condiciones. La indigna remuneración de muchos trabajos no cubren las necesidades básicas de la persona o la familia y eso nos permite hablar ya de trabajadores pobres”. “La persona ha quedado en un papel secundario” añadió.

Por su parte, Nuria Martínez destacó la desprotección de la persona por parte de la Administración: “la escasa cobertura por desempleo atiende solo al 56% de la población en esta situación, y en su mayoría, son ayudas asistenciales”. Además, remarcó que el miedo que tiene hoy el trabajador a perder su empleo hace que aceptemos la precariedad y nos acostumbremos a ella.

Frente a estos inconvenientes, reconocieron la oportunidad que surge en los sindicatos de concienciar y unir a los trabajadores para reivindicar sus derechos. “Un trabajo digno implica garantías y derechos que pongan a la persona en el centro reconociendo su propia dignidad en todos los aspectos”, añadió Cebrián, algo con lo que estaban de acuerdo los presentes, que coincidían en que debe existir una inversión en valores y en cultura que transforme la realidad para devolver a la persona al centro del interés de la Economía y del mundo laboral.

Después intercambiar impresiones al respecto, los participantes compartieron casos concretos conocidos y vividos que hacían realidad lo que anteriormente se había comentado, y tras un amplio y profundo diálogo, surgieron dos conclusiones a tener en cuenta para futuros pasos hacia la construcción de nuevos puentes que favorezcan el empleo digno.

En primer lugar, la necesidad de conocer la realidad laboral y crear conciencia social dentro de la Iglesia; y en segundo lugar, establecer alianzas entre las personas e instituciones que comparten estos valores para hacer frente desde todos los sectores (en común unión) a la crisis sistémica en la que estamos inmersos.

La Acción Conjunta contra el Paro trabajará en esta línea y convocará nuevos encuentros con la intención de llevar a cabo su compromiso de lucha por conseguir la dignidad en el trabajo. Un mundo más justo es posible.