Frente al pueblo que escucha la enseñanza de Jesús, se presentan los letrados y los fariseos no para aprender, sino “con mala idea, para poder acusarlo”. Y nosotros, ¿cómo nos presentamos ante Jesús que nos está enseñando cada día, cada domingo? ¿Somos pueblo o más bien fariseos? Nuestro fariseísmo tal vez sea pensar que el pobre Jesús era un poco infeliz al creer que íbamos a vivir sus bienaventuranzas, por mucho empeño que pusiese en enviarnos su Espíritu. ¿O no?
Ver más oraciones aquí Para saber cómo bajar este documento, imprimir, etc. ver: “Cómo descargar documentos de hoac.es”