La HOAC de Cádiz-Ceuta convoca para el 9 de mayo, a las 18h, una Eucaristía, en tierra de todos, y una concentración, a las 19h, en la plaza de la Catedral de Cádiz.

En un comunicado emitido por esta organización diocesana de la HOAC, señalan «la degradación de la vida y de la dignidad de los trabajadores y las trabajadoras» como consecuencia del paro, «más del 40%, sobrepasando los 250.000 trabajadores y trabajadoras» y por la consolidada «precariedad laboral: contratos por horas, para fin de semana, de media jornada, pero trabajando el día completo, sueldos por debajo de los 600 euros mes, 12-14 horas diarias»… que sufren en Cádiz.

Esta doliente realidad hace que las familias gaditanas expresen «que aquí no hay futuro» y que los jóvenes sean «empujados a emigrar» fuera incluso del país.

Ante esto la HOAC de Cádiz-Ceuta, continua el comunicado, como movimiento de la Iglesia para la evangelización del mundo obrero denunciamos la degradación de la vida y de la dignidad de los trabajadores que está provocando una economía cuyo fin solamente es la obtención del máximo beneficio para unos pocos.

Y todo esto es el resultado de la lógica falta de misericordia, del dominio de la idolatría del dinero, de la rentabilidad y el bienestar individualista. Esa lógica inmisericorde convierte a muchos trabajadores y trabajadoras en descartables, prescindibles, por no ser suficientemente rentables. Y esto, a su vez, es la consecuencia de otro descarte más radical: el del ser humano mismo, como si fuera un producto de usar y tirar, desplazando del primer lugar al ser humano, prescindiendo de nuestra humanidad. Se ha convertido el trabajo, que es parte de nuestro ser como personas, en puro instrumento de la rentabilidad económica y así se ha reducido a la persona trabajadora a la condición de instrumento. De ahí nace la falta de trabajo digno, el desempleo, el empleo precarizado, el empobrecimiento de las personas trabajadoras.

«Si el funcionamiento y las estructuras económicas de un sistema productivo ponen en peligro la dignidad humana del trabajador… hay que afirmar que este orden económico es injusto». (Mater el magistra, 83)

Durante este mes de mayo se convoca la jornada de celebración, festiva y reivindicativa del Día de la HOAC. En esta cita se pone el acento en el sentido y la profundización del «Trabajo digno para una sociedad decente»

Alrededor de los días 7 y 8 de mayo (con diversidad de fechas en las distintas diócesis) se convoca este importante evento en la vida de la organización, de sus militantes y sus familias, sus amistades y sus simpatizantes. En esta ocasión la temática del Día se enmarca en torno a la campaña «Trabajo digno para una sociedad decente» que las diócesis están desarrollando durante este y el próximo año.

Una cuestión que la HOAC aborda también desde diversas publicaciones, como es el caso del último cuaderno La dignidad del trabajo y el trabajo digno, reflexión planteada para el Día de la HOAC 2016 y los cuadernos número 9, Trabajo digno para una sociedad decente y número 11, Trabajo y Familia. Derechos familiares de las personas y derechos sociales de las familias.

La dignidad del trabajo y el trabajo digno pone de manifiesto la importancia de la forma en que se organiza el trabajo por su enorme influencia sobre la concepción y el modelo de persona, de familia y de sociedad que se están construyendo. Esta triple relación está condicionada y moldeada por la propia existencia o no de trabajo, por la forma en que éste se organiza y por los derechos y obligaciones vinculados a él. Es vital rescatar y reflexionar sobre la centralidad del trabajo a la vista de las situaciones de desigualdad, empobrecimiento y deshumanización vinculadas a él que son habituales en nuestros días.

Al hilo de esta convocatoria, se plantea también favorecer la sensibilización e información de la iniciativa «Iglesia por el Trabajo Decente» para anunciar el concepto de trabajo decente «hacia el interior de nuestras organizaciones, hacia la Iglesia en general y hacia la sociedad».

Periferias, nuevo programa de 13tv, dedicó su programa del 10 de mayo a hablar de empleo, de la campaña “Xportantos” y también al Día de la HOAC 2015 “Trabajo y/o familia”, en el minuto 36.

El día de la HOAC en la diócesis de Burgos ha tenido tres momentos diferentes. El 16 de junio en Aranda de Duero, con motivo de la clausura del curso del  Aula dela Doctrina Social de la Iglesia se presentó la reflexión “Trabajo digno para una sociedad decente”. El 21 de junio se celebró, también en Aranda de Duero, un día de convivencia festiva y reivindicación. Finalmente, el 25 de junio se organizó una mesa redonda con representantes políticos de todos los partidos con presencia en Burgos.

El trabajo digno y la Iglesia

El encuentro que abrió la campaña “Trabajo digno para una sociedad decente”, en el Aula de Doctrina Social de la Iglesia siguió la metodología del ver, juzgar y actuar, propia de los movimientos de acción católica. Una vez constatado que el desempleo sigue siendo uno de los problemas principales que sufrimos, “porque si no trabajamos, a la larga, no vivimos” y que cada vez hay más personas que solo encuentran empleos precarios e inestables y personas que trabajan pero no lograr salir de la pobreza, se presentaron las realidades de cinco personas del mundo del trabajo. Después, se utilizaron textos para comprobar si efectivamente “las tristezas y las angustias de las personas, sobre todo de las que más sufren, son también tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”. El Papa Francisco está especialmente preocupado por las consecuencias que tiene para el mundo del trabajo un sistema económico que pone en su centro el beneficio económico de unos pocos frente a las necesidades de las personas y de las familias, generando exclusión, sufrimiento y deshumanización. En el encuentro que mantuvo con el mundo del trabajo en Cagliari (Cerdeña) el 22 de septiembre, ya dijo:

  “Aquí también encuentro sufrimiento. Un sufrimiento que uno de vosotros ha dicho que ‘te debilita y acaba robándote la esperanza’. ¡Un sufrimiento –la falta de trabajo- que te lleva a sentirte sin dignidad! ¡Donde no hay trabajo, falta la dignidad! Y este problema es la consecuencia de una elección mundial, de un sistema económico que trae consigo esta tragedia; de un sistema económico que tiene en su centro un ídolo llamado dinero.

 Dios quiso que en el centro del mundo no hubiera un ídolo, sino el hombre, el hombre y la mujer, para que saquen adelante, con su trabajo, al mundo. Pero ahora, en este sistema sin ética, en el centro hay un ídolo, y el mundo se ha convertido en idólatra de este ‘dios-dinero’. ¡El dinero manda! ¡Manda el dinero! Mandan todas las cosas que le sirven a él, a este ídolo”.

Ante esta proclamación, los asistentes, se cuestionaron si desde la fe cristiana, ¿es necesaria otra manera de organizar el trabajo en nuestra sociedad? La comunidad cristiana está llamada a acoger la vida de los empobrecidos del mundo obrero para construir desde ellos nuestra vida personal y comunitaria. Ellos son para nosotros camino de conversión a Jesucristo; acoger, construir y compartir formas de vida y acción del mundo del trabajo que nos humanicen, desarrollar experiencias de comunión de bienes, experiencias de comunión de vida con relaciones interpersonales de gratuidad, entrega y amistad, experiencias de comunión de acción que nos posibiliten, juntos, descubrir la dignidad de hijos de Dios y no doblegarnos ante una realidad social inhumana; y traducir los criterios de la Doctrina Social de la Iglesia en propuestas concretas: gestos de denuncia, de acompañamiento, de trabajo decente, de economía gratuita, de comercio justo, de banca ética, de consumo responsable…

 Convivir y reivindicar

El 21 de junio, en Aranda de Duero, la toda la HOAC de la diócesis, junto con allegados, simpatizantes e invitados, estaba convocada a pasar un día de convivencia festiva y, al mismo tiempo, de reivindicación ante la magnitud del problema del trabajo.

Desde de las 10 de la mañana, un café en la Casa dela Iglesia (plaza Los Tercios) esperaba a los militantes que llegaban desde Burgos y Miranda de Ebro, así como a todos los simpatizantes y amigos de Aranda que compartieron esta jornada. Tras una oración y presentación de la jornada en el mismo local y una visita guiada al casco viejo de la villa, a las 12,30 horas tuvo lugar un gesto público por diversas calles del centro, manifestación donde se iban leyendo frases como “sin trabajo no hay dignidad”, “el trabajo es para la vida”, “la persona es lo primero”, “una economía para las personas”, “dichosos los que trabajan por la justicia”, “recarga la vida de solidaridad o “es posible cambiar nuestro estilo de vida”y “la persona se humaniza en la comunión social”.

Algún que otro visitante de la exposición de las Edades del Hombre y  miembros dela Asociación de Gigantes y Cabezudos de Aranda, que celebraban su día, aplaudieron al paso de los manifestantes. Finalizó la manifestación en la plaza del Trigo; donde hubo música, y se procedió a la lectura de las frases elegidas y del manifiesto, además de la entrega de unas 1.200 octavillas. Durante una hora, en círculo alrededor de la plaza, cuatro personas, ataviadas con gorros, sombrero y casco, en representación de diferentes trabajos, portaban una pancarta que decía “trabajo digno, sociedad decente”. La jornada continuó con una comida en el parque Barriles, junto con la asociación de Gigantes y Cabezudos y otros grupos de personas. Terminó el día con paseo a las orillas del Duero, descanso y visita teatralizada por la ciudad.

 Trabajo digno y política

El 25 de junio en Burgos, se organizó una mesa redonda con los representantes de todos los partidos políticos, sin exclusión alguna, presentes en la provincia para que expusieran lo que para ellos supone un trabajo digno en una sociedad decente.  Bajo el formato de 59 segundos (el micrófono no se bajaba pero sí se desconectaba), Partido Popular, Partido Socialista, Izquierda Unida, Unión Progreso y Democracia, Partido Castellano, Equo, Sain y Podemos analizaron la situación laboral en nuestro país, las condiciones de trabajo y plantearon sus propuestas políticas para garantizar un trabajo digno para una sociedad decente. El debate estuvo moderado por el periodista Julio César Rico.