El Espíritu Santo obra como quiere, cuando quiere, y donde quiere; nosotros nos entregamos, pero sin pretender ver resultados llamativos. Solo sabemos que nuestra entrega es necesaria… Para mantener vivo el ardor misionero hace falta una decidida confianza en el Espíritu Santo, porque Él viene en ayuda de nuestra debilidad… necesitamos invocarlo constantemente (EG 279-280).
Ver más oraciones aquí.
Para saber cómo bajar este documento, imprimir, etc. ver:
“Cómo descargar documentos en nuestra web”