José Mª López López | Artículo publicado en El Adelantado de Segovia el 9 agosto 2015.

Sopa de letras para empezar. Tranquilos que no quiero jugar a las adivinanzas. Son las siglas de un Movimiento de la Iglesia Católica. Espere, por favor, no se me marche. Ya que ha empezado, le invito a leer el artículo y luego saque sus propias conclusiones.

HOAC son la siglas que definen a la HERMANDAD OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA, que pretende hacer presente a Jesucristo y su Iglesia en el mundo obrero y que nació en el año 1946 en España, promovida por un hombre cabal y cristiano comprometido, llamado Guillermo Rovirosa, actualmente en proceso de canonización.

La HOAC celebrará del 13 al 16 de agosto próximos su Asamblea General en el Hotel Puerta de Segovia de la Lastrilla (Segovia). Participan en ella más de novecientas personas, de las 1.300 que militan activamente en este Movimiento, presente en cuarenta y dos diócesis de la Iglesia española y que se llaman y son militantes cristianos, hombres y mujeres que han decidido vivir la fe y el seguimiento de Jesucristo en las condiciones de vida y trabajo del mundo obrero, en sus sectores más débiles y empobrecidos.

Por mi condición de Consiliario General de la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad –Frater España- he tenido el privilegio de conocer más profundamente este Movimiento, como otros Movimientos de los llamados de Acción Católica que trabajan y hacen presente a Jesucristo y su Iglesia en el mundo laboral, de los profesionales, rural, juvenil (estudiantil y obrero), la enfermedad y la discapacidad, de los que, excepto Frater, no existe ninguno de ellos en la Diócesis de Segovia, ni parece que haya intención ni siquiera de presentarlos. Enriquecerían y potenciarían la vida pastoral de nuestra Iglesia.

Tanto en los tiempos de la dictadura franquista como en los actuales -a veces los extremos se tocan- ha habido y hay un intento de querer reducir la acción de la Iglesia al mundo interior de las personas -las sacristías-, sobre todo cuando desde la Iglesia se denuncian situaciones de injusticia y desigualdad flagrantes, en sintonía y sensibilidad con el hombre contemporáneo que sufre estas injusticias y el Evangelio de Jesucristo. La fe cristiana es una opción personal y afecta al interior de cada persona, pero tiene una dimensión social a la que por fidelidad a Jesucristo no puede ni debe nunca renunicar

Esta Asamblea de la HOAC cuyo lema es “Construyendo Iglesia en las periferias del mundo obrero. Justicia, Trabajo Digno y Solidaridad”, pretende que sus participantes salgan de ella más comprometidos a vivir en comunión con los trabajadores y trabajadoras más precarios y excluidos del mundo obrero y del trabajo, en su vida y en sus luchas, para construir juntos una “nueva sociedad” donde el trabajo sea digno, y la sociedad una verdadera comunidad. Parece una utopía, pero si no se cree en las utopías no podemos cambiar en serio la sociedad en la que vivimos y hacer en ella hueco a los más.

En estos últimos años la injusticia y la desigualdad han ido creciendo y se manifiestan en la pérdida de derechos sociales y laborales, la lucha por la justicia, el empobrecimiento, el capitalismo enseñoreado en la vida social, el sufrimiento y deshumanización del mundo obrero y del trabajo, la instrumentación del trabajo humano y la deformación de la política… Estos temas los abordarán en esta Asamblea. Por ser cristianos se mantienen en la lucha, a pesar de las desesperanzas y fracasos y de sus propias infidelidades, queriendo avanzar en fraternidad y comunión. Ellos ofrecen a Jesucristo como propuesta de liberación, promoviendo la implicación y el protagonismo de las personas, a la hora de afrontar sus problemas, muy especialmente de aquellas que sufren las consecuencias del empobrecimiento y la deshumanización y quieren trabajar por la transformación de su realidad.

No me digan que no es hermoso. Lástima que habiendo elegido nuestra Diócesis de Segovia como lugar de celebración de su Asamblea general, igual que han hecho otros Movimientos de Acción Católica, no nos entren las ganas, al menos, de conocerlos un poco mejor.