Manolo Díaz | Hace unos años la HOAC, en la XI Asamblea General, puso en marcha una nueva dinámica comunitaria para dar respuesta a las necesidades que nos planteaba el mundo obrero en nuestra tarea evangelizadora. Ha pasado un tiempo quizá no demasiado largo para una organización comunitaria. Hoy podemos compartir algunas experiencias del trabajo de los Sectores.

Los Sectores son ámbitos en los que los militantes junto a simpatizantes y víctimas del mundo obrero y del trabajo nos encontramos para ir desarrollando un proceso de reflexión y de acción sobre las problemáticas de empobrecimiento e injusticia que nos afectan. Son el medio para desarrollar nuestro compromiso evangelizador, personal y comunitario y por el que vamos uniendo nuestras vidas de forma solidaria a la suerte de los empobrecidos por nuestra sociedad deshumanizada.

En Córdoba se han puesto en marcha tres Sectores: Trabajo-Precariedad, Paro-Pobreza y Exclusión, Familia y Educación. Yo formo parte del Sector de Paro-Pobreza y Exclusión, como coordinador. Hace dos años la Comisión Diocesana me pidió que mi compromiso apostólico lo concretara en un barrio obrero de exclusión, era conveniente que militantes de la HOAC estuviéramos encarnados en esos barrios.

Después de reflexionarlo y dialogarlo en el equipo –formado por un grupo reducido de personas que quiere vivir y celebrar la fe según la metodología propia de la HOAC–, acepté, porque quería ponerle rostro y nombre a los empobrecidos, sabiendo lo que supone comprometerse en una realidad fuera del entorno donde se vive, con la dificultad de desplazarse.

En Córdoba existen varios barrios obreros de exclusión social. Uno de ellos es Las Moreras, situado en el norte de la ciudad próximo al centro, con unos ocho mil habitantes, en la zona de las Margaritas. Es en este barrio fue donde decidí integrarme.

Llegué a la parroquia de las Margaritas y vi donde me podía incorporar. Lo hice en un grupo de acción social de Cáritas parroquial, que trabaja con familias del barrio que se acercan a la parroquia, porque están pasando grandes dificultades económicas, sociales y familiares, a causa de la pérdida del trabajo o haber agotado el subsidio de desempleo. También nos encontramos con personas que no han tenido acceso al mercado laboral por falta de cualificación y condiciones objetivas para ello.

Con el grupo de acción social de la parroquia visitamos a estas familias y dialogamos con ellas de sus problemas, de la situación familiar, social y económica, les orientamos para la búsqueda de empleo, les acompañamos y les hacemos un seguimiento.

Valoramos qué ayuda económica les podemos ofrecer, teniendo presente la limitación de recursos económicos de que disponemos. Se les ha ayudado con el pago de algún recibo pendiente de corte de electricidad, agua potable, medicamentos…

Después de llevar un tiempo trabajando con las personas de este barrio me pregunto, ¿con qué realidad me he encontrado? Con un gran sufrimiento de familias, una situación de exclusión humana, laboral, social, urbanística… Un paro endémico para una parte de la población y otro que se agrava por momentos en el sector de la construcción, donde hasta ahora venían trabajando, y que nos está desbordando en lo referente a la asistencia en las necesidades más básicas.

En estos barrios los medios de comunicación, al servicio de sus amos, no sólo no ayudan o denuncian la situación, sino que a veces son parte del problema, al presentarlos, desde el morbo de la noticia, como responsables primeros y únicos de su situación. Las instituciones los ignoran, no son algo prioritario para ellas. Nos reciben o no, según su color político, pero no se comprometen con nosotros de manera eficiente.

Ante esta realidad de injusticia y deshumanización causada por el egoísmo, la avaricia del ser humano y el olvido de las instituciones, desde el grupo de trabajo de acción social de Cáritas nos planteamos darle una dimensión política al trabajo que veníamos realizando para visualizar y denunciar los problemas.

Detectamos que los servicios sociales comunitarios municipales estaban dando, citas para tramitar ayudas a familias en situación de emergencia, con dos meses de retraso. Hicimos un escrito para recoger firmas y denunciar el problema con la colaboración de los vecinos del barrio, en su mayoría afectados por la situación.

Una vez recogidas las firmas, enviamos una queja al Defensor del Pueblo Andaluz, para que le diera tramitación a la Delegada de Bienestar Social del Ayuntamiento de Córdoba. También nos reunimos con la Concejala responsable de Servicios Sociales Municipales una comisión de vecinos del barrio que estaban sufriendo el problema y del grupo de acción social de Cáritas; le hicimos entrega de las firmas y le manifestamos nuestra queja y el problema que el retraso de las citas provocaba en las familias. La Concejala se comprometió en unos meses a darle solución al problema, pero pasado el tiempo sigue sin resolverse. En el grupo, nos planteamos seguir trabajando desde esta perspectiva social y política, visualizando los problemas, haciendo que participen las personas afectadas (tarea no fácil).

En febrero de 2009 se organizaron en Granada las I Jornadas de barrios ignorados de Andalucía. Participamos desde Córdoba un grupo de personas de Las Moreras y de otros barrios excluidos de la ciudad. En estas jornadas se asumió el compromiso de coordinar los barrios de exclusión social en las distintas provincias, seguir celebrando las Jornadas en Andalucía todos los años y promover la participación de vecinos afectados y de personas que trabajen en estos barrios desde el voluntariado.

En Córdoba convocamos precisamente a estos vecinos y personas que trabajan desde el voluntariado y constituimos entre todos la coordinadora de barrios Ignorados de Córdoba. En ella participamos militantes y simpatizantes de la HOAC que estamos en el Sector.

El pasado abril se celebraron en Sevilla las II Jornadas de barrios ignorados de Andalucía. De Córdoba asistimos 24 personas, vecinos de los distintos barrios que están en la coordinadora y militantes de HOAC que están en el Sector. En estas Jornadas se presentó la propuesta «Un Proyecto Educativo para no ser Excluido». Este proyecto pretende atacar el problema de la exclusión en estos barrios en profundidad, plantea que en torno a la comunidad educativa influyan todas las administraciones para tener una actuación con todos los miembros de la familia desde servicios sociales, educación, empleo, vivienda, formación…

En este momento nos encontramos en un proceso de consolidación de la coordinadora de barrios de Córdoba, dándola a conocer. Presentando el Proyecto Educativo a personas implicadas en la educación y a las instituciones para que algún día sea asumido por las Administraciones Públicas, ya que éstas son las que tienen la responsabilidad ante los ciudadanos de acabar con estas desigualdades e injusticia. Nosotros continuaremos trabajando con las personas afectadas para que sean protagonistas y luchen para cambiar esta realidad, dándole una dimensión política a los problemas de estos barrios para que no sean ignorados.

La valoración que hago de esta experiencia ha sido indudablemente positiva, porque me ha dado la posibilidad de conocer y convivir con personas y familias obreras empobrecidas, descubrir valores de solidaridad, de compartir, de vivir desde la inseguridad y provisionalidad y de subsistir. Todo esto me ha hecho más sensible ante las injusticias y la pobreza, dándole sentido al trabajo del Sector y a mi compromiso cristiano.